Ricky Rubio es un lujo que la selección española se puede permitir. El base europeo con mayor proyección en mucho tiempo ha sido cuidadosamente moldeado por Aíto en el Joventut, y ambos siguen su carrera debutando este verano con el combinado nacional. El base está en una nube y disfruta cada momento antes de comenzar a ser decisivo sobre el parquet cuando llegue su momento en Pekín.
¿Cómo han sido tus primeros días de adaptación a la selección senior?
Bien, porque este equipo es como una familia, y no es un decir, es que
se llevan bien y me han acogido a la perfección.
Además, has podido contar con Rudy para que te ayudara.
Sí, el primer día le dijo al delegado Manolo Rubia que nos pusiera en la
misma habitación y, al ser compañero de club, me ha ayudado a integrarme
en la selección.
También conoces del Joventut al seleccionador, a Aíto.
Sí claro, es un gran entrenador que, además, tiene una virtud, que no
destaca a nadie por encima del resto, no mira si uno es una estrella o no,sino que trata a todos los jugadores por igual.
¿Cómo evolucionaron los entrenamientos?
Bien, ha ido bien. Al principio trabajamos en coger la forma, y luego ya
apretamos, comenzamos a entrenar los cinco contra cinco...
Al principio era un sueño, ya es una realidad, ¿cómo te sientes siendo olímpico?
Es que aún no tengo asimilado que iré a los Juegos Olímpicos, yo sólo he
estado entrenando y pensando en el trabajo diario. Pero está claro que sí que son un sueño los Juegos, sí.
También soñarás con medirte a la selección norteamericana.
Sí, sin duda, jugar contra ellos es algo que nunca me había imaginado,
pero es que tampoco había imaginado el verme aquí con los jugadores de
la selección. Así que ya llegará la hora de jugar contra ellos y ver si podemos ganarles, hay que ir paso a paso.