En día pasado, la hermandad del Carmen de la Parroquia de San Gil, del barrio macareno, realizaba su anual procesión por las calles de su feligresía. A las ocho de la tarde estaba prevista la salida y diez minuto antes hizo acto de presencia en la pequeña plaza de San Gil la Centuria Macarena, encargada de abrirle el paso al cortejo procesional. Las cornetas llegaron tocando algunos compases de las conocida marcha Macarena. Muchas fueron las personas que se acercaron al barrio para ver a la devoción Carmelita de esta feligresía.
Poco después, las campanas de la torre de la parroquia de San Gil comenzaron a repicar, anunciando la inminencia de la salida de esta cofradía de Gloria. Las puertas de la parroquia se abrieron con puntualidad y la cruz alzada entre faroles partió a la calle, seguida del Simpecado y el libro de reglas. Detrás iban las representaciones de diferentes hermandades con estandarte y varas, que quisieron acompañar a la del Carmen de San Gil, como fueron el Resucitado de la Rinconada, la Anunciación de Juan XXIII, la Candelaria Madre de Dios, el Carmen de San Leandro, el Rosario de San Julián, el Carmen de Calatrava, el Rocío de la Macarena y la Sacramental de San Gil. Una de las novedades de la procesión de este año era la participación musical por parte de la Banda de Música Santa María del Alcor la cual comenzaba a tocar dentro del templo al levantarse la Virgen, lo que es habitual en la procesión de esta corporación de gloria.
La Virgen del Carmen vestía manto blanco debrocado, saya y escapulario de terciopelo marón bordado en oro, además de lucir su corona, ráfaga, centro y media luna de salida. El niño Jesús por su parte, llevaba su traje de tisú de color rosa y potencia de plata sobredorada, además de los zapatos del mismo metal con perlas incrustadas. El paso iba adornado con rosa estatice y lilium, entre otras especies.
Comandaron en el paso los hermanos capataces, Francisco José y Miguel Ángel Pagés Fernández, con sus equipos de capataces auxiliares acompañado o escoltado por representante de la Armada Española y con el representante del Consejo de Cofradía de Sevilla, Eduardo Carrera Sualís.
La Virgen del Carmen siguió su camino por su barrio, un camino en el que aún quedaba la visita a la Basílica de la Macarena, antes de regresar por San Luis a su templo, donde puso fin a una de las esperadas procesiones del ciclo carmelita sevillano.
Fotos Antonio Rendón Domínguez