Antonio Rendón . El estandarte que se presenta es el resultado del proceso de restauración y reposición sobre nuevo terciopelo marrón oscuro, llevado a cabo en el taller de José Antonio Grande de León, “Bordados Grande de León”. Esta pieza, bordada hace 24 años, presentaba un estado de conservación muy deficiente debido al paso del tiempo y al constante uso, ya que se trata de una de las insignias más representativas de la Hermandad y, por tanto, de las más expuestas al deterioro.
La obra mostraba importantes y evidentes signos de desgaste que hacían imprescindible su intervención:
Oscurecimiento, suciedad generalizada y oxidación del bordado en toda la superficie.
Numerosos hilos saltados, pérdidas de material y lentejuelas de oro.
El soporte textil, de terciopelo marrón, presentaba un grave deterioro: el pelo estaba completamente raído en muchas zonas, con arrugas, manchas y un cambio de tonalidad hacia un marrón rojizo, muy alejado del color original.
El deterioro general era evidente incluso en una inspección visual superficial.
El fleco de oro del borde también se encontraba muy dañado y oscurecido.
Como única modificación respecto a la obra original —y a petición de la Junta de Gobierno— se ha añadido una corona real sobre el escudo carmelita, un deseo largamente anhelado por la Hermandad desde la creación del estandarte. Esta incorporación no solo enriquece visualmente la pieza, sino que también potencia su simbolismo y dignidad.
La restauración ha sido llevada a cabo con el máximo respeto a la obra original, siguiendo rigurosos criterios de conservación. El proceso incluyó:
Aspiración completa de la pieza.
Microaspiración detallada de cada elemento.
Limpieza integral de todas las piezas bordadas.
Reintegración de las zonas perdidas con materiales de oro fino, de igual calidad y tipo que los originales.
Rebordado completo de las ramas irrecuperables.
Sustitución de las lentejuelas deterioradas.
Perfilado de todas las piezas con torzal de oro.
Sustitución del fleco de oro.
Confección de un nuevo forro del mismo tono que el original.
Gracias a este meticuloso trabajo, el estandarte ha recuperado su esplendor original, mostrando una imagen refinada y enriquecida que garantiza su conservación y dignidad durante muchos años más.
Fotografía: Antonio Rendón