Francisco Chaparro
Francisco Chaparro - JUAN FLORES

DE LA RELIGIÓN AL ARTEFrancisco Chaparro: «Fui capuchino 16 años y eso marca para toda la vida»

Chaparro es el creador de muchos de los murales cerámicos que revisten los vestíbulos de muchos edificios de Sevilla

SEVILLAActualizado:

Hasta el patriarca de Moscú tiene un cuadro de cerámica de Francisco Chaparro, un artista ceramista sevillano que revistió la mayoría de los vestíbulos de los edificios de la zona de León XIII y Pagés del Corro, y que antes de exponer sus obras en Nueva York o Miami fue capuchinos durante 16 años.

Recientemente el Círculo Mercantil de la calle Sierpes acogió una exposición a beneficio de la parroquia del Barrio de los Pajaritos con 60 piezas de cerámica de Francisco Chaparro. Este ceramista, que domina el estilo Pisano, «como si fuese acuarela pintada sobre una superficie cerámica», dice con la sencillez que solo saben transmitir los maestros, ha hecho en realidad mucha más cuerda seca. Nacido en Villaverde del Río (1940), donde recuerda los juegos en la finca de su abuelo recogidos en su libro «El placer de los recuerdos», a los diez años vino a estudiar a los Escolapios de Sevilla.

Después entró en la orden capuchina, «una gente muy tolerante y una hermandad auténtica. Fui 16 años, lo que marca para toda la vida. Estuve cinco años en América, dos en Sanlúcar de Barrameda y el resto en Sevilla, en el convento de la Ronda de Capuchinos. Y dos años en Torreblanca dando clases allí también. Estudié en Sevilla la carrera de Filosofía y Teología también con unos profesores muy buenos», recuerda. «Fue una bendición poder vivir en El Salvador y Guatemala, no como un turista, sino con la gente del campo. Empecé a hacer artesanía en El Salvador porque me dio inspiración algunos talleres de gente que reproducían cerámica indígena y cuando vine a Sevilla en 1970 pude entrar en la fábrica de Mensaque, y ahí descubrí la cerámica. Cuando vi las primeras cosas y lo que engrandecía la cerámica a una pintura, me dije a mí mismo: me dedico a esto», recuerda.

Francisco Chaparro estuvo dos años de maestro de cerámica en la ciudad de San Juan de Dios de Alcalá de Guadaíra con el padre Serafín Madrid. Después el ministerio de Trabajo le ofreció la posibilidad de hacer una sociedad laboral en laCorchuela, un refugio de gente que esperaban casas «donde incluso recibimos la visita del ministro Virgilio de la Fuente». Aquelló terminó muy pronto porque no se colocaba la gente... «pero de allí salieron 20 ceramistas». Después se salió y se casó. «Mi mujer ´-Concha Aparicio- y yo nos ofrecimos de misioneros seglares para Centroameríca en 1975.

Francisco Chaparro JUAN FLORES
- Francisco Chaparro JUAN FLORES

Al haber sido sacerdote casado no nos aceptaban. Entonces la iglesia Anglicana nos ofreció un trabajo en República Dominicana. Yo tenía una experiencia de ministerio, pero a ella le resultó muy duro todo aquello. No llegamos al año allí. Después de aquello decidí quedarme en Sevilla la gente me recibió muy bien y no tuvimos problema ninguno», recuerda.

Monseñor Romero

Su hijo se llama Óscar porque nació unos días ante de que mataran a monseñor Romero, a quien conoció en América. «Estuve metido también en el movimiento de curas casados. Tuvimos mucha relación con Carlos Amigo que nos atendió muy bien. En España se secularizaron por aquel entonces el 25% de los sacerdotes, en Sevilla éramos unos 25 en las reuniones, pero seríamos más de doscientos...», dice.

Para añadir que «ahora creo que no se va a hacer nada con el tema del celibato porque Juan Pablo II lo dejó tan atado todo por sínodo que habría que hacer otro nuevo sínodo para que se desbloquee una cosa que no era dogma de fe ni nada. Francisco quiere ordenar a jefes de tribus indígenas del amazonas que son creyentes, católicos ya, y mayores... creo que lo intenta para eso», piensa.

«Soy creyente en Jesucristo y en la caridad. Aunque me haya salido de la orden, San Francisco no se ha salido de mí. El tema religioso me inquieta mucho», añade.

Chaparro tiene muchas obras en vestíbulos por la calle León XIII y Villalobos «en casi todos los portales tengo un mural de cerámica», afirma. También por Triana, especialmente por la calle Pagés del Corro «porque le trabajé mucho a Juan Silverio, un constructor que hizo muchas obras por aquel barrio y ponía siempre un mural mío en los portales. Eran murales de temas inspirados en los grabados antiguos de Sevilla, de las puertas de Sevilla, dependiendo también de donde estuviera el edificio. Muchos paisajes con flores para que diera sensación de alegría al entrar en el piso», afirma. De ahí llegaría a exponer su obra en Nueva York, Miami y en Alemania.

«Lo de la cerámica es una lástima. Valencia se la llevó e hicieron unas copias muy malas. La arruinó al ofrecer una mercancía más barata pero muy mala. La gente se contentaba con eso. La de Triana se vendía en todo el mundo... venían aquí porque era el único sitio donde se hacía cerámica a raíz de la expo del 29» dice.

Chaparro recuerda cómo «Alfredo Sánchez Monteseirín, hizo un intento por cambiar los rótulos del Centro por cerámica. Hubieran quedado como el coche de la calle Tetuán, la Armería de la calle Sierpes... tendríamos obras para siempre, pero no se llegó a hacer», dice. Ha dado clases en la prisión, en el reformatorio de Alcalá de Guadaíra y actualmente en su taller de la calle Relator, sede de la asociación Barro y cristal.