
Dirección: Pete Docter. Guión: Pete Docter, Ronnie del Carmen, Meg LeFauve, Josh Cooley, Amy Poehler y Bill Hader. Producción: Jonas Rivera. Producción ejecutiva: John Lasseter. Música: Michael Giacchino. Actores (voces): Amy Poehler, Bill Hader, Lewis Black, Mindy Kaling, Kyle MacLachlan, Lori Alan, Richard Kind, Diane Lane, Paula Pell, Bobby Moynihan, John Ratzenberger, Rashida Jones.
Hay mucho de Toy Story 2 y 3 en este nuevo producto de la Pixar. Al igual que el pequeño Andy, la niña protagonista de esta historia evoluciona hacia la adolescencia abandonando varias cosas por el camino, entre ellas su querido amigo imaginario, el castillo de las princesas y todo aquello que forma parte de la inocencia de nuestros primeros años. En este sentido, Del Revés posee momentos de una gran tristeza, con recuerdos felices que se desvanecen, y sueños y fantasías que se destruyen. Todo está en la mente de esta chica, regido desde una sala de control con varios personajes que manejan sus emociones básicas: alegría, tristeza, ira, asco y miedo.
El universo mental que nos muestra la película es un derroche de inventiva e imaginación, con islas que representan aspectos de la personalidad (familia, amistad, imaginación...), almacenes cargados de recuerdos en forma de bolas de distintos colores, un tren de pensamientos que transporta cajas de hechos y opiniones, pasadizos de conceptos abstractos, y hasta una productora de sueños (una divertida copia de los estudios Paramount con un equipo de rodaje para crear nuestras pesadillas o sueños alegres). El diseño y el trabajo de animación es espectacular, pero más allá de la impecable factura técnica, Pixar nos vuelve a ofrecer un guión repleto de aciertos.
Y conste que no es uno de los mejores títulos de la compañía (no supera, por ejemplo, la perfección de Toy Story), pero sí cuenta con la capacidad de divertir bastante en varias secuencias y emocionar hasta la médula en diversos momentos, desde un magnífico arranque (la vida de una niña desde su nacimiento, la creación de su mente...) hasta llegar al nudo de una historia que nos hace reflexionar sobre muchos elementos de nuestra existencia: la pérdida de la inocencia, el olvido de algunos de nuestros mejores recuerdos, la nostalgia de los mejores años, la búsqueda de una identidad y un sentido en la vida,... Todo lo que transmite la película es complejo, aunque narrativamente esté simplificado en varios aspectos, como en la sala del control mental, donde faltan muchas más emociones (el odio, la compasión, la empatía, la envidia,...).
Además de esa simplicidad, también se le pueden poner otros peros: algún personaje cargante y algún que otro bache narrativo; no es una película tan redonda como Up o Los Increíbles, pero si consigue divertir y emocionar en su mayor parte, con una idea bien desarrollada, contada con mucha sensibilidad, y que sabe cerrar la historia con un estupendo final.

