La faena de Cayetano al cuarto, al que le cortó las dos orejas, fue muy completa. Desde el saludo por verónicas hasta el quite de Ronda. El toro tuvo genio para derribar al caballo en el encuentro y humilló y transmitió. De rodillas inició con la muleta en una serie rotunda y con empaque que revolucionó a los tendidos. Por el pitón derecho desarrolló la faena, dándole importancia a los cites. El toro se apagó en el final pero unos muletazos hacia dentro con torería mantuvo el nivel antes de que matara de otro estoconazo. La faena se la brindó a su hermano.
El toro más fuerte de presencia propició la faena más seria de la tarde. La salida del animal fue fría pero luego se dejó en un quite vistoso y en la muleta embistió con calidad y entrega. Lo mejor de la faena de Cayetano fue una serie de derechazos de mucha naturalidad, en el centro del ruedo, con la figura relajada; y los naturales de uno en uno, a corta distancia y citando de frente cuando el toro se vino a menos. Pese al pinchazo en un primer intento, paseó la última oreja tras entrar a matar con todo.
Y Cayetano se fue a puerta de chiqueros. La larga cambiada fue ajustada y seguidamente se estiró a la verónica y hasta ligó una chicuelina en el saludo al segundo, un buen toro que tuvo calidad por el derecho. Por ahí Cayetano toreó alargando la embestida y llevando al toro muy metido en la muleta, después de realizar un torero y bello inicio con trincherazos. Al natural hubo menos ajuste. Tras el estoconazo y el descabello se adelantó en el marcador con una oreja, empezando a marcar el ritmo de la tarde que se convertiría en suya, al salir en hombros con un total de cuatro orejas.