El mayor robo de la historia
Noviembre es un mes de interiores. Un mes de puertas para adentro, si es que esa vida es posible en Sevilla. Un mes que, con el cielo negro y la lluvia de estos días, parece unirse a las condolencias, a las melancolías que trae recordar difuntos. Noviembre se alía con la nostalgia cuando, casi sin escampar, cae el agua como una forma de comprensión hacia la pena que da lo perdido, como una reacción natural del aire estremecido que nos respeta.
