Baloncesto
Ricky Rubio, el jugador total
Tiene cejas pobladas como Macario, pero nadie se ríe de él. Anda un poco desgarbado, casi sin cuello (como otro prodigio, el díscolo Fernando Alonso), con las calzonas por los tobillos y con un rostro que nunca refleja ni sufrimiento ni alegría ni desasosiego ni cansancio. Sólo concentración e intensidad.
