La ACB firma planes de expansión con empresas de marketing y presenta los playoff a bombo y platillo en una huida hacia delante, porque su sangría se hace cada año más patente. Ha cerrado su balance de la liga regular con una audiencia media en TVE de 661.000 telespectadores, 74.000 menos que la pasada temporada. Una audiencia de 661.000 telespectadores equivale a la que tuvieron los Mundiales de taekwondo y la primera etapa de la vuelta a la Comunidad Valenciana. La ACB no habla de esto. La ACB, en vez de arreglar el problema que tiene con la liga regular, lo esconde. Dice que su liga es fenomenal y que no entiende las razones por las cuales TVE no acaba de firmar el contrato.
Pues a la vista está. Porque la ACB ha secuestrado la liga de baloncesto, la ha convertido en una liga para entendidos, no para aficionados, y eso que TVE ha tirado del Madrid para que las audiencias no se hundieran. Le ha televisado doce veces, el doble que al líder Tau, aunque algún partido no ha colado. Por ejemplo, contra el Joventut. Ambos equipos nada se jugaban al estar ya clasificados para los playoff. Audiencia: 429.000 telespectadores. Unos cuantos más, al menos, que el encuentro entre los dos equipos revelación, Gran Canaria- Alicante: 414.000. O el Unicaja- Estudiantes: 303.000. ¿Es que no hay ninguna voz en el baloncesto para decir basta a los dirigentes de la ACB? ¿Es que no se le cae a nadie la cara de vergüenza?