El actual modelo del baloncesto ACB sufre un retroceso generalizado fuera de las canchas que le ha llevado a perder la batalla televisiva frente a otras modalidades y le ha hecho perder gancho entre los aficionados, según los resultados de un informe encargado por la Asociación de Clubes a la agencia de estudios de mercado Salvetti y Llombart al que ha tenido acceso Efe.
Hace ocho años, en 1997, otro estudio conducido por el Instituto Esade que la ACB presentó públicamente en conferencia de prensa confirmaba al baloncesto como segundo deporte de masas según las preferencias de los aficionados y dio pie a que la Asociación de Clubes perfilara un proyecto para consolidar esa posición de privilegio.
Sin embargo, casi una década después, el análisis de Salvetti y Llombart señala, entre otras cosas, que "el problema - del baloncesto- es que no es capaz de generar espectáculo para un consumidor de espectáculos deportivos no experto" y que "ningún partido de baloncesto aparece entre los deportes con más audiencia desde septiembre de 2004" hasta abril de 2005, fecha en la que se terminó el estudio, pese a que dentro de ese periodo tuvo lugar la Copa del Rey, la competición nacional más valorada.
Asimismo, el informe pone de manifiesto que mientras el fútbol, la Fórmula Uno, el motociclismo y la propia Liga profesional estadounidense (NBA) "han sabido dar el salto a espectáculo deportivo", el baloncesto no lo ha conseguido.
El examen de Salvetti y Llombart, empresa fundada en Barcelona en 1996, evalúa lo que denomina 'producto basket' desde varios puntos de vista (los aficionados, los medios de comunicación y los patrocinadores) y establece unos puntos fuertes, relacionados con los valores deportivos y la calidad del juego, y unos puntos débiles agrupados en cuatro áreas distintas: el vacío emocional que genera entre los seguidores, la falta de competitividad del campeonato, la falta de novedad y la falta de notoriedad.
Los valores deportivos están asociados "al carácter familiar, la limpieza y la fraternidad" que siempre han caracterizado al deporte de la canasta. El nivel del juego a "su buena calidad" y a que se trata de un "auténtico juego en equipo". De hecho, tanto los aficionados fieles como los seguidores de otros deportes coinciden en que "los jugadores se limitan a entrenar y a jugar de una manera muy profesional y no intentan destacar en otros ámbitos de carácter mediático: publicidad, eventos sociales... Son únicamente deportistas".
Pese a todo, el informe detecta muchos más puntos débiles que fuertes. El que se refiere como "vacío emocional", apunta que "faltan estrellas, ídolos" porque "los jugadores no se conocen" y existe la "percepción de que los buenos jugadores se marchan a Estados Unidos"; que "es un deporte que se disfruta en directo, en la cancha" y "resulta lejano para el resto de los espectadores"; y que hay "falta de personalidad" en la competición y en los clubes.
Este apartado también subraya una "falta de identidad" con los equipos y con los jugadores" motivada por la "alta rotación" de éstos últimos, que "no se asientan en los clubes", de forma que "no da tiempo a crear vínculos"; al tiempo que recalca la "extrema presencia de jugadores extranjeros".
Copa y Selección, óptimos
La Copa del Rey y la selección no tienen puntos débiles ni para los aficionados al baloncesto ni para los seguidores de otros deportes. La Copa destaca por ser "la cita más emocionante", jugarse entera "en un fin de semana, el ambiente en las canchas" y por contar con "una ciudad detrás de la organización". La pujanza de la Selección responde a valores como "la identificación con el equipo, el patriotismo, las fases finales, la emoción de los partidos y la presencia de los mejores jugadores nacionales" que compiten "contra los mejores jugadores del mundo".