Así fue el padre Antonio Medina quien ya en 1899 desde el púlpito el día de la fiesta de la Virgen quien expuso la necesidad de ampliación. Hubo de esperase tres años para que el padre José María Escolá se propusiera convertir en realidad la iniciativa.
Para ello comenzó una recogida de donativos. El primero fue el del arzobispo de Valencia, Sebastián Herrero, quien ofreció su pectoral y anillo valorado en 35.000 pesetas. Curiosamente, según Fray Baldomero González, el infante Antonio de Orleáns prometió costear el camarín de la Virgen, aunque luego su administrador se llevó el importe del mismo fugándose con la mujer del arquitecto. La promesa la despachó con 11.250 pesetas. También se organizaron colectas regionales en Sevilla, Cádiz, Jerez, Rota, El Puerto, Sanlúcar, Chipiona y otras poblaciones. El total de limosnas recogidas rondó las 100.000 pesetas, mientras que el coste total de la obra ascendía a 250.000 pesetas.
LAS OBRAS COSTARON 4 VIDAS DE OBREROS.
El derribo del secular santuario costó 5.000 pesetas y comenzó el 17 de mayo de 1904, mientras que el 30 de octubre del mismo año se clocó la primera piedra. El infante Antonio de Orleáns obligó a todos los alcaldes de Chipiona, Sanlúcar, El Puerto y Rota a que asistieran con frac y sombrero de copa. Los planos fueron diseñados por Fray José María Rodríguez, quien dirigió la obra. La dirección técnica y legal la llevó el arquitecto Antonio Arévalo. Muchos trabajadores del campo entraron en la obra como peones de albañilería, entre los que ponto destacaron los hermanos Joaquín, Manolo y Pepe Jurado. Las obras del grueso del edificio duraron desde el 30 de octubre de 1904 al 14 de enero de 1906 fecha en el que el templo de de puro estilo gótico se abrió solemnemente al culto.
En medio del general entusiasmo, un desgraciado incidente vino a suspender temporalmente las obras. Así el 1 de julio de 1905, cuando se acababa de coronar la aguja del camarín, uno de los andamios del interior cayó con varios heridos. A la media hora cuatro de estos heridos habían fallecido: Cristóbal Mudarra, Francisco Orza, José Casal y Juan Barea.
Ante ello el juez ordenó la suspensión de las obras. Arévalo retiró su representación técnica y fue sustituido por Manuel Carmona, maestro de obras. Puestas así las cosas el rector del Santuario fue amenazado de muerte. Hubo reclamaciones de indemnizaciones y el hecho se llevó a juicio. En l vista Fray José María Rodríguez manifestó que no creyese que la culpa fuese de nadie pero se atribuyó la responsabilidad. Resultó esclarecedora la declaración de uno de los heridos apodado El Porrita, quien manifestó ante el juez que si alguna culpa existía era de los afectados al no haber seguidos las directrices de Fray José, quien había establecido que los andamios se sujetaran con maromas mientras que en este caso los tablones sólo estaban sujetos con clavos. Se emprendieron de nuevo las obras con grandes dificultades. Desprovisto todavía el templo de la solería y de su airosa torre, la nueva instalación se inauguró la referida fecha del 14 de enero de 1906 en medio del gran jolgorio. Por fin ya en 1909 el 8 de septiembre, festividad de la Virgen de Regla las campanas sonaron con solemnidad por vez primera.
Este sábado los franciscanos celebran una eucaristía a las siete de la tarde en el Santuario para conmemorar el centenario oficiada por el ministro provincial de la orden Severino Calderón.
Chipiona a 9 de enero de 2006 Fdo Juan Mellado Foto, Cedida