El corte al tráfico de la calle Zaragoza ha eliminado una de las últimas vías de acceso a la Plaza Nueva que aún seguía abierta desde que comenzaron las obras del Metrocentro. Los hoteles del entorno de esta céntrica plaza están sufriendo un importante descenso en la ocupación durante este verano en relación con otros años y han decidido remitir diariamente una hoja con todas las quejas de los clientes y las incidencias a las delegaciones municipales de Gobernación y de Turismo.
El último corte de tráfico se produjo el pasado lunes por la mañana y fueron los mismos operarios de la obra los que cerraron el tramo final de la calle Zaragoza colocando cubas y vallas en el asfalto. En esta ocasión no fue la Policía Local la que cerró la vía, pese a que durante todo el verano agentes de este cuerpo han estado regulando el tráfico en la esquina de Zaragoza con San Pablo y restringiendo el acceso de los vehículos privados.
Hasta este lunes los taxis y residentes en el centro podían acceder hasta el aparcamiento de la calle Albareda por un paso habilitado entre las obras. A partir de ahora sólo queda una opción para llegar a este parking: rodear la Plaza Nueva por las calles Madrid y Bilbao, a las que sí se puede acceder desde Zaragoza, y luego atravesar Méndez Núñez, en la que se ha colocado un carril especial que deja libre el paso hasta Albareda.
Los establecimientos hoteleros del centro están notando especialmente los efectos de las obras del tranvía y del proyecto de peatonalización del casco histórico. El presidente de la asociación de Hoteles de Sevilla y director del Hotel Inglaterra, Manuel Otero Alvarado, denunció ayer a este periódico que en ninguno de los cortes de tráfico han sido avisados con anterioridad los establecimientos y comercios de la zona.
El director del hotel situado en la Plaza Nueva aseguró que la ocupación se encuentra durante estos días en torno al 10 por ciento, cuando lo habitual en verano es que se sitúe al menos en el 40 por ciento. "El hotel está funcionando bajo mínimos y, aparte de los accesos, continuamente tenemos problemas de ruido porque la obra comienza a las ocho de la mañana, y también hay mucho polvo, que siempre es molesto".
En situación parecida se encuentran hoteles situados en el entorno de la Plaza Nueva, como el Europa, en la calle Jimios. "La ocupación en julio se ha notado, ha estado entre el 10 y el 20 por ciento y eso significa que dejamos de ingresar dinero", explica el propietario de este establecimiento, Claudio Millán. En el Doña María, en la calle Don Remondo, la ocupación no ha bajado tanto pero las quejas de los clientes son continuas, según explicaron fuentes del propio hotel.