El director franco- argelino Tony Gatlif (Argel, 1948) definió su cine como subversivo y dijo que estaba muy orgulloso de que entre gran parte de la población gitana de toda Europa sus películas tengan una gran acogida y se consideren de culto.
Con Transylvania, una historia de personajes en tránsito y en la que la música tiene una gran importancia, el cine de Gatlif regresa a las carteleras de Sevilla Festival de Cine, que hace dos años se inauguró con Exils, su anterior largometraje.
El mundo se ha gitanizado, se han producido grandes desplazamientos y todos estamos en tránsito señaló hoy Tony Gatlif en la presentación de su película Transylvania, que entra a concurso en la Sección Oficial de Sevilla Festival de Cine. El director se declaró un defensor de la causa gitana y destacó entre los valores que aporta el pueblo gitano su carácter subversivo, el haberse hecho depositario de las culturas de todos los lugares por los que ha viajado y el amor por su propia manera de ver y entender el mundo.
Tony Gatlif señaló que él mismo ha estado viajando desde que abrí los ojos en Argelia y que por eso le gustan los personajes que siempre están de viaje, aunque no se trata de un viaje idealizado y con un destino fijo, sino más bien de un proceso de búsqueda. Los personajes de Transylvania están en trance, en un proceso místico que no debe confundirse con la histeria, aclaró el director.
Hago cine para mí mismo, para sentirme más vivo, apuntó Gatliff, que por otra parte aclaró su rechazo hacia la idea de que las películas se puedan robar pero defendió al mismo tiempo la copia pirata como una forma en que las personas que no tienen recursos puedan ver las películas y puso de ejemplo su propio cine, que se ha distribuido de manera masiva en Europa del Este gracias a la piratería. Sé que esto que digo es algo subversivo, pero mi cine también lo es, concluyó Gatliff.