
Francisco Gavilán ha escrito un libro titulado "Todas esas amistades peligrosas" (Planeta, 2007).
Me ha hecho pensar (hoy me tocaba) y me he preguntado: ¿por qué no ampliar el abanico de posibilidades? ¿Sólo son peligrosas las amistades? ¿Algunos familiares acaso no lo son igualmente?
Me refiero más que nada a esos allegados lejanos y/o políticos, a saber: cuñados, cuñadas, primos, primas, tíos, tías (sobre todo si éstos últimos son de Alcalá o cercanías...).
¿Quién puede decir, con la mano en el corazón, que está completamente libre de algún amigo o familiar "peligroso"?
Estas personas suelen ser más o menos así:
Egoístas: su interés en contactar contigo se centra en pedirte un favor, contarte un problema, solicitar tu ayuda, pretender una invitación, étc. En ningún momento se le ocurre al "peligroso" invitarte a comer, preguntarte cómo estás, ofrecerse para ayudarte en algo... Sólo necesita "lo que sea" él. Porque sólo existe él.
Tacaños: Cuando a base de insistir, consigue quedar contigo para tomar algo en cualquier bar o restaurante (su casa es sólo para él... la tuya, también), experimenta una extraña sensación de aislamiento (puede llegar incluso a levitar como Santa Teresa), en el momento en que el camarero se acerca con la cuenta. Para él es un momento duro, pero pasajero... Ya estarás tú al quite, que eres su amigo y/o familiar, y que sí te has traído la cartera...
Pesados: Teniendo en cuenta que se le suele obviar siempre que se puede, el "peligroso" echa mano de toda su insistencia y obcecación para contactar contigo: su ingenio abarca desde cambiar el número de teléfono cada vez que llama a tu casa (para no poder controlar la llamada), hasta hacerse el "encontradizo" en los lugares frecuentados por tí y tu familia, a la voz de "¡pero qué casualidad... tú por aquí...!
Machistas: Este tipo suele olvidar una y otra vez que tienes mujer e hijos, y sus "invitaciones" para salir se reducen a la persona del cabeza de familia. Léase: fútbol, almuerzos, billares, informática, cine de tipo masculino, étc.
Los "peligrosos" pueden tener todas las virtudes anteriores, o sólo una de ellas (aunque esto último es bastante raro). El que reune las cuatro es el prototipo que motivó la frase aquella de: "hazte el tonto, que vienen los de Pérez"...
¡Dios! Está sonando el teléfono... ¿Qué es lo que dicen en las películas cuando tienen un problema grave y necesitan socorro? ¡Ah, sí... MEY DEY, MEY DEY...!

