El Club Náutico Sevilla se ha erigido en el gran protagonista del XXXI Trofeo Ciudad de Huelva de la clase Optimist, disputado este fin de semana dentro de la XXXV Semana Internacional Náutica Colombina, al situar a cinco de sus representantes entre los seis primeros clasificados de una de las citas clásicas por excelencia en Andalucía de la modalidad base de la vela ligera.
La competición, que ha contado con la participación de 56 patrones de seis clubes, ha tenido como triunfador al onubense Pablo García, del C.N. Río Piedras, quien superó en la última jornada, tras cuatro pruebas y por un solo punto, al hispalense Luis Fernández Palacios, segundo a la postre y acompañado en el podio de vencedores por su compañero Raúl Sánchez. Por su parte, Ramón Parejo y José Moreno, cuarto y quinto, confirmaron el buen papel del club sevillano, que situó además a Amalia Ordóñez en la sexta plaza para alzarse con la victoria entre las féminas. E incluso Pepe Fernández- Palacios se metió en el top ten al ocupar la novena plaza.
Más atrás quedarían Quico Abans (12º), Carlos Sanz (13º), Pepe Parejo (17º), María Borreguero (18ª y segunda fémina), Sebastián Borreguero (20º), Lara Moreno Hidalgo (22ª y cuarta fémina) José Miguel Abans (26º), Blanca Alabau (29ª y sexta fémina), Pilar González de la Madrid (32ª y octava fémina), Luis Sanz (38º), Jesús Parejo (45º) y María Sánchez (48ª y 17ª fémina).
Javier García, responsable técnico del equipo del Náutico Sevilla, resume así la prueba: Es ésta, sin duda, la regata clásica más especial de las que se celebran en Andalucía. Especial por el lugar de competición, en las mismas aguas que vieron la salida de Colon. Especial por la dificultad, cambiante con la hora de las corrientes del campo de regatas, donde la astucia y experiencia es fundamental. Pero sobre todo es especial por el buen ambiente que reina entre los jóvenes patrones, que aprovechan las horas de convivencia durante la regata y fuera de ella en el ambiente de la feria Colombina.
Este año nos tocó luchar en todas las mangas con corriente en contra. El viento foreño no terminó de entrar los dos días, quedándose sólo en una brisa. Ambas cosas obligaban a hacer cientos de bordadas pegados a las márgenes, dando lugar a una regata muy táctica y vistosa.