Se lidiaron cuatro erales de Juan José González, bien presentados y de juego desigual, aunque manejables en conjunto. Sobresalió el cuarto, sobrero del mismo hierro, premiado con la vuelta al ruedo.
Manuel Rodríguez, de la Escuela de Écija, oreja.
Martín Liñan, de la Escuela de Sevilla- Amate, silencio.
Carlos Ruiz, de la Escuela de Chiclana, dos orejas.
Daniel Muñoz, de la Escuela de Camas, dos orejas
La plaza casi se llenó en tarde nublada que amenazó lluvia.
Crónica:
Buen tono en los novilleros que participaron en la primera de las cuatro novilladas de promoción programadas en la Feria de La Algaba. Los novilleros Carlos Ruiz y Daniel Muñoz salieron a hombros tras cortar dos orejas cada uno, mientras que Manuel Rodríguez obtuvo un apéndice.
Manuel Rodríguez, alumno de la Escuela de Écija, demostró en el primero de la tarde tener muy buen concepto del toreo. Aunque su novillo no se empleaba, el novillero logró lucir especialmente en el toreo con la mano derecha, componiendo muy bien la figura. La faena fue larga y de más a menos porque el animal acabó rajado. Con todo, logró cortar una oreja.
Martín Liñán, de la Escuela de Amate, se mostró bullidor y variado con el capote, realizando un bonito quite por gaoneras. Comenzó la faena con un pase cambiado por la espalda y se mostró firme y muy decidido con un novillo un poco tardo al que entendió muy bien en la distancia corta. Este chaval demostró tener valor en la fase final de la faena, pegándose un arrimón y rematando con bernardinas ajustadas. No tocó pelo por el mal uso de los aceros.
De la Escuela de Chiclana llegaba Carlos Ruiz, espigado novillero que demostró tener muy buenas maneras con un novillo mansito que se dejó en la muleta. Se mostró inteligente en la faena de muleta al dejar siempre puesto el engaño en la cara del eral y logró algunos muletazos al natural de mano baja y buen trazo. Cortó dos orejas.
Cerró plaza Daniel Muñoz, que lidió un sobrero del mismo hierro. El alumno de la Escuela de Camas toreó muy despacio al animal de más calidad del festejo. Sus muletazos por el lado derecho tuvieron largo trazo y buen ritmo, lo que le valió para sumarse al carro del triunfo al cortar dos orejas.