Arrancamos otro ejercicio
político. El próximo año
tendremos elecciones
generales. Escucharemos
permanentemente los
términos izquierda y derecha como áreas
ideológicas políticas. Pocos términos son
más difusos y equívocos por intereses de
partido. Al final, no sabemos en qué
consiste la izquierda ni qué defiende la
derecha. Vamos a ver si podemos dar un
poco de luz al tema.
Existe un concepto de la izquierda
y la derecha bastante anticuado. Se afirma
que los partidos políticos de derechas son
reaccionarios, conservadores, opuestos por
sistema al cambio y al progreso, y
defensores a ultranza de las prerrogativas de
las clases sociales más privilegiadas cuyos
intereses se supone que defienden. En
cambio, los partidos de izquierdas son
progresistas, buscan permanentemente el
cambio, la reforma, y son los proclamados
defensores de las clases más humildes. Estas
acepciones de la izquierda y la derecha
tenían su sentido durante el antiguo
régimen, en el que existían clases sociales
privilegiadas jurídicamente como la nobleza
y el clero. También se pueden aplicar estos
conceptos en sociedades con grandes
desigualdades entre clases sociales. Estas
acepciones no tienen sentido en las
modernas sociedades democráticas y
desarrolladas como la española, donde la
clase media es la mayoritoria y en la que
todos buscamos progresar sin revoluciones
ni cambios bruscos. No obstante, en España
estas anticuadas concepciones son las que
prevalecen gracias a la magnífica propaganda
realizada por los partidos que se
autonombran progresistas. De hecho,
desde principios de los 90, nadie en España
se reconoce de derechas.
En otros países de nuestro entorno,
existe un concepto de izquierda y derecha
mucho más coherente con sus realidades
sociales, y aplicable exclusivamente al campo
económico. Se asocia a la derecha con el
capitalismo y con las doctrinas económicas
liberales: el estado debe procurar que el
individuo tenga la máxima libertad para
desarrollar su actividad económica, de tal
forma que el estado se beneficie del
desarrollo económico de sus propios
ciudadanos. Los liberales son muy poco
amigos de los impuestos y de las prestaciones
sociales públicas. Contra esta doctrina se
levanta la izquierda política asociada a las
doctrinas socialdemócratas que afirman que
debe prevalecer la igualdad social sobre la
libertad. Dicha igualdad debe ser garantizada
mediante prestaciones sociales a favor de
los individuos que verán así incrementada
su capacidad económica y su capacidad de
consumo, lo que redundará en el desarrollo
global de la sociedad.
La izquierda y la derecha han
encontrado, hoy día, un espacio de
encuentro en el llamado centro, y se habla
de centro derecha o liberalismo social, o
socialdemocracia liberal o centro izquierda.
En conclusión, prácticamente, hay un
acuerdo tácito en los estados de la Europa
occidental en aplicar principios de la
izquierda y la derecha, en un equilibrio más
o menos conseguido. Por tanto, a nivel
económico, poco sentido tiene mantener
polémicas sobre modelos económicos
cuando nuestros partidos mayoritarios
piensan ya, más o menos, lo mismo.
Otra cuestión son las pequeñas
diferencias puntuales que los propios
partidos se esfuerzan en magnificar para
significarse y captar electores: chequevivienda
o cheque- bebé socialista frente a
desgravaciones fiscales populares. No
obstante, el modelo es, básicamente, el
mismo. Izquierda y derecha siguen
existiendo pero conviven juntas, en
precario equilibrio, en otro invento
llamado centro.
David Castro Martínez
Secretario Foro Cívico Chipiona
www.forocivicochipiona.org
