Da igual las semanas que tenga un embarazo. El aborto, es la muerte de un ser humano (un niño o una niña) como siempre hemos defendido. Esto ha quedado inequívocamente demostrado en este mes de Diciembre pasado incluso para los que aún no lo sentían así. Esperamos que la ley proteja a estos niños indefensos.
Los derechos humanos, no tienen que ser proclamados, tienen que ser aplicados y cumplidos. EL PRIMER DERECHO, EL DERECHO A LA VIDA. Sin él, ¿para qué queremos los demás?. Lo que está pasando con el aborto, es una catástrofe nacional (100.000 por año y aún más, según cifras oficiales, desde que se despenalizó en 1985). Si estas muertes hubieran sido en una guerra, estaríamos todos consternados, pero esta guerra es encubierta y cobarde; pocos quieren hablar de ella, solo quieren silenciarla (Como a estos niños o niñas que todavía no tenían voz). Las asociaciones PRO- VIDA siempre hemos querido ser la voz de los no nacidos y pedimos, en primer lugar, a los distintos medios y personas que nos conocen, que oferten nuestra ayuda; que de verdad, se solidaricen con el débil y el inocente, y que hagan campaña para encaminar a las mujeres que lo necesiten a nuestros centros, que están distribuidos por toda España.
La mujer, para tener derechos iguales al hombre necesita, lo primero de todo, que se reconozca como un gran bien su maternidad, y encuentre una ayuda total si la necesitara: Que se le facilite información completa de todas las alternativas a su problemática concreta, antes de tomar una decisión; necesita respeto en su trabajo y no ser discriminada por un embarazo; baja maternal pagada, como en otros países de nuestro entorno, por lo menos en el primer año de la crianza del hijo; reserva de su puesto de trabajo para cuando se incorpore de nuevo; guarderías cercanas y poder conciliar la vida familiar con su horario de trabajo o estudios; poder promocionarse en su profesión o estudios en el momento que lo pueda asumir, no enfrentándola, con ser o no ser madre. Debe estar protegida por la ley de abusos de terceros (pareja, familia, empresas..) . Ningún hombre está discriminado por ser padre, la mujer sí.
En PRO VIDA no condenamos a la mujer, la ayudamos con todas nuestras fuerzas en su maternidad. Seguimos con nuestro trabajo, todavía más ahora y con más ilusión; ofertamos nuestro apoyo y solucionamos cualquier tipo de problemas que tenga en su embarazo y en la crianza de su hijo. Por eso aseguramos que hay otras alternativas eficaces.
Las mal llamadas clínicas tienen que cerrar y no hacerse las víctimas. La salud de la madre con el avance de la medicina actualmente, no entra en conflicto con la vida del hijo; y en cualquier caso, para estas pocas situaciones, no se pueden mantener abiertas.
La defensa de la vida humana es cuestión de simple humanidad. No es religiosa, aunque también; ni por supuesto una defensa de la mujer ni de sus derechos (como se nos quiere vender). Desde que empezamos a trabajar ayudando a las mujeres que acudieron a nosotros, supimos de una manera ciertísima que la mujer que se procura un aborto, es la segunda víctima de él. Aunque en un primer momento crea que lo ha hecho bien. Es simplemente la ley del más fuerte y no se contempla, el derecho del niño o niña que es eliminado y del que la sociedad se ve privada. ¡Cuántos buenos médicos, artistas, filósofos, científicos, juristas, o simples personas corrientes, hombres y mujeres, no tendremos en nuestra sociedad!
Estos que promocionan el aborto, todavía, se permiten proponer, como el Presidente actual de la Junta, incentivar a los médicos para que lo realicen en la Seguridad Social ¿Qué será de las listas de espera de los hospitales, que ya ahora, no se pueden aguantar? ¿Esta es la Andalucía imparable de los anuncios de televisión? ¿Éste es el estado de bienestar? ¿Estos son los Gobiernos progresistas que nos quieren colar?.Lo progresista es ayudar a las madres y ayudar a la familia.
Volvamos al sentido común, a la solidaridad, para todos, a la igualdad de derechos y deberes y al fin del desmadre.
Otra alternativa eficaz, es la adopción del hijo que, por distintas circunstancias, la mujer embarazada no pueda o no quiera asumir. No les faltarán a éstos, familias dispuestas a cuidarlos y a quererlos. En nuestra sociedad tenemos distintos ejemplos maravillosos de lo que estamos diciendo, para ambas partes, madre biológica y padres adoptivos. La primera, porque cuando se acuerde de su hijo/a sabe que está bien y se sentirá dichosa de haberle permitido venir al mundo, los segundos, porque tienen un hijo/a a quien querer y que les colma de felicidad.
Pedimos encarecidamente que no se pongan tantas trabas como lo hacen en la actualidad, tiempo y tiempo de espera, cantidad de dinero, trámites burocráticos desproporcionados, tener que ir al fin del mundo para adoptar un hijo... . Los tenemos al lado de casa; ocupémonos de estos niños, para que no vayan al abortadero y que conste, que nosotros tenemos igual interés por cualquier niño o niña maltratado o no acogido de cualquier raza, edad, creencias, color.
