La Federación Española de Baloncesto atraviesa, bajo el mandato de José Luis Sáez, uno de los mejores momentos de su historia. De esta realidad, innegable si únicamente se circunscribe al ámbito deportivo y al reguero de medallas que coleccionan las selecciones cada verano, dan fe además los resultados económicos anuales que arrojan las asambleas federativas, convertidas para el dirigente sevillano en balsas de aceite de las que sale siempre triunfante, respaldado por el apoyo del estamento federativo que él preside desde 2004.
La asamblea de este año, celebrada el pasado fin de semana, no fue, en este sentido, ninguna excepción. Se aprobaron las cuentas del ejercicio 2007, de las que resultó un superávit de 572.000 euros, y también el presupuesto de 2008, cifrado en 18,7 millones de euros, lo que supone un incremento respecto al año anterior de 1,6 millones. El director financiero de la FEB, Luis Giménez, ahondó en esta materia para explicar que el gran logro de la Federación en los últimos años ha sido su capacidad para incrementar de forma progresiva la partida correspondiente a los ingresos de generación propia, hasta el punto de que ya representan el 80 por ciento del presupuesto del órgano federativo, con lo que ello supone en cuanto a la disminución del peso de la financiación pública.
Bajo la gestión de Sáez se ha conseguido, pues, algo fundamental, la subversión en la proporción presupuestaria de los ingresos públicos respecto a los recursos propios, logro de por sí meritorio que enlaza con otra de las otras grandes conquistas del mandato que se inició en 2004. Y es que la FEB puede presumir también de ser la única federación deportiva española, como se recordó en la asamblea, que en los últimos cuatro años ha obtenido el visto bueno, sin salvedad alguna, por parte de los auditores del Consejo Superior de Deportes.
«Nos sentimos muy satisfechos por contar con este aval - indicó el presidente- porque no sólo significa que se han hecho las cosas bien, sino también un grado más de exigencia de cara al futuro», convino Sáez, muy orgulloso de los resultados obtenidos en todos los ámbitos - el social, el económico y el deportivo- en el ciclo olímpico que comenzó en 2004 y al que darán cierre los Juegos de Pekín. «Han sido cuatro años muy importantes para el baloncesto en los que la mítica palabra con la empezamos, crecer, se ha cumplido. Y lo hemos conseguido gracias a que todos íbamos en la misma dirección», añadió el dirigente, feliz muchos días después, olvidado ya el conflicto con el ex seleccionador Pepu Hernández.
Más información en feb.es