
Primero el olor a castañas asadas que nos acompaña desde el pasado mes de octubre y que invade las zonas céntricas de la capital hispalense, siguiendo con los turrones ya expuestos en los supermercados y pastelerías, y ahora, el alumbrado, nos adentra dos meses antes en el espíritu navideño.
Poco a poco en el centro y en algunos barrios de la capital ya se ven operarios decorando sus calles con el alumbrado público típico de estas fechas, también algunas tiendas comienzan a adornar sus escaparates y cada vez se ve más gente comprando con ilusión la tan esperada lotería de Navidad.
Aunque cierto es, que todavía faltan muchos ingredientes importantes, entre ellos, las nieblas y el frío que de alguna manera causan una visión típica de los días mágicos de la Navidad, así que nos quedará esperar a algunos con impaciencia y otros con no tanta para poder saborear este rico cóctel.

