Cuando Aíto García Reneses te hace debutar en la ACB con 14 años, 11 meses y 24 días y antes de ser mayor de edad suenas para las posiciones de privilegio del próximo draft de la NBA, es normal que afirmes que todo está pasando muy deprisa. Pero si estas palabras las escuchas de un sereno Ricard Rubio, la situación cambia y quedas conforme y tranquilo de que las cosas se están haciendo bien.
Ricard Rubio Vives nació en El Masnou, un pueblo cercano a Badalona, el 21 de Octubre de 1990 y por raro que parezca, su primera afición fue al fútbol. Su abuelo acostumbraba a llevarlo a Montjuic, por lo que pronto no tuvo otra opción que hacerse aficionado del Espanyol. Junto a sus amigos, comenzó a practicar este deporte donde reconoce que metía bastantes goles y a punto estuvo de fichar por el equipo al que seguía. Pero su altura, y la tradición familiar (su padre es entrenador y su hermano mayor juega en el filial del Joventut), hizo que se cambiara a tiempo al deporte de la canasta.
De ahí en adelante todo se ha sucedido con bastante rapidez. Para la historia quedarán sus 51 puntos, 24 rebotes, 12 asistencias y 7 robos ante Rusia en la final del Europeo Cadete celebrado en Linares (Jaén) en 2006, incluido un triple sobre la bocina desde su propio campo ante la oposición de varios defensores que forzaba una de las prórrogas. Numerosos récords de precocidad como el de su debut en ACB, o el del pasado verano, cuando se convirtió en Pekín en el medallista de baloncesto más joven de la historia de los Juegos Olímpicos.
En definitiva, récords de Ricky Rubio hay para rato, y todos ellos quedarán en los anales para la historia. Su carrera meteórica ha traído consigo un hermetismo en cuanto a sus apariciones en la prensa que muchos han considerado excesivo. Hasta que este crack mundial no ha sido mayor de edad, no ha hablado para la prensa, ni ha concedido entrevista alguna, decisión que tomaron conjuntamente su agente, su familia y su club. Pero antes de eso, Ricky ha tenido una repercusión en la prensa mundial e incluso la prestigiosa revista americana Slam le sacó en portada y le dedicó un reportaje especial titulado El Prodigio que sólo contaba con el precedente de LeBron James, y eso ya son palabras mayores. Mención especial también merece el reportaje que Informe Robinson hizo de él y en el que no hablaba a cámara en los casi 20 minutos que dura.
Pero más allá de tantos números y de tantas estadísticas, más allá de las cámaras encontramos al verdadero Ricard Rubio. Un tipo humilde, sencillo, cercano y sobre todo, con los pies en la Tierra pese a todo lo que le está ocurriendo con la edad que tiene. Cualquier chaval, quizás no hubiese sido capaz de soportar tanta presión en su misma situación, y todo ello es gracias al buen asesoramiento que Ricky recibe de su agente, su familia y todos los que le rodean.
El base del DKV Joventut, fuera de las canchas estudia segundo de bachillerato, curso del que todavía tiene que aprobar Química y Catalán antes de hacer la selectividad que le permita cursar la Licenciatura de INEF. En sus pocos ratos libres, Ricard aprovecha para salir con sus amigos, jugar a los videojuegos y desconectar un poco del baloncesto y de toda la presión mediática que le rodea.
Pese a todo, él no cambia y procura que todo esto le afecte lo más mínimo en su vida cotidiana. Por ello, sigue fiel a sus costumbres y, por ejemplo, los días de partido no quiere otra cosa para almorzar que no sean unos buenos macarrones preparados por su madre.
Pero si alguien es fan número uno de este fenómeno, ésa es su abuela, quien vive intensamente los partidos de su nieto en su casa, con varias velas encendidas que según ella le trae suerte. No asiste en directo a los partidos debido al nerviosismo con el que afronta cada partido de cualquiera de sus nietos. Por ello, Ricky ya le ha prometido que se la llevará a Estados Unidos el día que emprenda su viaje a la NBA y le ha avisado que debe aprender inglés para entonces, a lo que su abuela, con el humor que le caracteriza contesta: ya me entenderán mediante gestos.
Recientemente se ha publicado que se declarará elegible para el próximo draft de la NBA, en la que los expertos analistas lo sitúan en la segunda posición tras Blake Griffin y con posible destino en Washington. Sin duda una decisión que no ha dejado indiferente a nadie pero en la que debemos confiar ya que si algo nos ha demostrado este crack es que siempre ha elegido el mejor camino para él. Sea donde sea, de lo que podemos estar seguros es que seguiremos disfrutando durante mucho tiempo de este genio del baloncesto.