Cayetano Rivera Ordóñez pudo estrenar el traje de goyesco que Armani le había diseñado el pasado año. Vestido de Armani, toreó brindó a su novia Eva González y triunfó. Por primera vez su novia acudía a Ronda y lo hizo vistiendo del mismo color que Cayetano, en gris. También por primera vez en la arena Francisco Rivera cambiaba su sitio de torero por el de empresario. Francisco recibió tras al goyesca el primer trofeo Antonio Ordóñez y posó rodeado de las goyescas.
La localidad malagueña de Ronda celebró su tradicional corrida Goyesca de la Feria de Pedro Romero, un festejo que cumplía este año su edición número 53 y en la que una de las principales novedades fue que el torero Francisco Rivera Ordoñez no toreó en la Real Maestranza de Caballería de Ronda, de la que es empresario.
Este evento, que se enmarca en las fiestas de Pedro Romero de la Ciudad del Tajo, se ha convertido también en una importante cita social donde no faltan rostros conocidos, desde la Duquesa de Alna que acudió acompañada de Tere Pickman, a Carmen Bazán, la madre del torero Jesulín de Ubrique, Carmen Lomana o Cary Lapique.
La terna, que se enfrentó a toros de la ganadería de Luis Algarra, estuvo compuesta por los diestros José María Manzanares, Miguel Ángel Perera y Cayetano Rivera Ordoñez. Éste último, que tomó la alternativa en el coso rondeño en 2006, iba ataviado con un traje diseñado en exclusiva por Giorgio Armani. Se trata de un traje de época, en un tono entre gris y plata, en el que se combina la alta costura con el tradicional vestido de luces, con bordados y dibujos elegidos y diseñados por el modisto italiano.
Los diestros llegaron a la plaza en coches de caballos minutos antes de las 17.30 horas, en un día soleado y con mucha afluencia de público. De hecho, durante todo el día Ronda tuvo un ambiente de gala con numerosos visitantes y turistas.
Las fiestas más importantes de Ronda tienen su origen en el barrio de San Francisco. Durante años la Feria de Mayo era la más destacada pero a partir de 1954 la de septiembre toma auge y, con su reconversión en Feria de Pedro Romero, se transforma en la más renombrada de la ciudad.