Los decanos de los Colegios profesionales de ingenieros de Andalucía se muestran preocupados por el futuro de la profesión y por la futura Ley de Servicios Profesionales que pone en riesgo la seguridad de los ciudadanos. Esta es una de las conclusiones extraídas de la reunión mantenida en Sevilla y convocada por el Colegio de Ingenieros del ICAI, a la que han asistido los decanos o delegados en Andalucía de los colegios profesionales de ingenieros Aeronáuticos (Manuel Cruz), Agrónomos (Jerónimo Cejudo), Caminos (José Abraham Carrascosa), ICAI, (Juan Moreno) Industriales (Aurelio Azaña), Minas (Felipe Lobo), Telecomunicación (Manuel Jesús de Tellechea), y la Asociación Civil de Ingenieros de la Defensa, a los que se ha unido el decano del Colegio de Químicos (Miguel Ángel Portillo). Excusaron su ausencia por razones de salud, el delegado en Andalucía del Colegio de Navales, Fernando Yllescas y de agenda, el decano de Montes, Eduardo Muñoz-Cobo, que se adhieren a dichas conclusiones.
Entre los temas tratados cabe destacar la gran preocupación por las noticias que llegan desde el gobierno respecto a la futura Ley de Servicios Profesionales, que propone suprimir el modelo de especialidades de ingeniería vigentes y su correspondiente reserva de actividad, pasando a un modelo abierto para todos. Desde la profesión, se entiende que la formación común recibida por las diferentes ramas de la ingeniería en absoluto capacita para abordar cualquier actividad de la misma y pone en riesgo la seguridad de ciudadanos y usuarios, explica Juan Zaforas, secretario nacional de ICAI.
Por parte de los ingenieros y a través de la Unión Profesional de Ingenieros (UPCI) y del Instituto de Ingeniería de España (IIE), se ha ofrecido al gobierno, a través del Ministerio de Economía, la posibilidad de negociar un modelo diferente al que se deja entrever, que pudiera dar respuesta a las necesidades actuales de la profesión y de la Sociedad, acorde además con los modelos implantados mayoritariamente en Europa.
Sin embargo, la actitud mostrada hasta la fecha parece poco partidaria a escuchar a los profesionales y responden a una decisión política preconcebida. El presidente de la UPCI, Edelmiro Rúa Álvarez; el del IIE, Manuel Acero, y el de la Real Academia de la Ingeniería, Aníbal R. Figueras han enviado un escrito al Presidente del Gobierno y Ministros afectados, reclamando su atención sobre lo que se puede generar. Asimismo se enviará a instituciones de relevancia y empresarios de primera línea para que lo apoyen.
Ley Omnibus y Decreto de Visados
También se ha analizado en la reunión el impacto que se está produciendo en los colegios tras la aprobación de la Ley Omnibus y el Real Decreto de Visados, que están situando a algunos colegios en posiciones muy complicadas, y la persecución que existe desde la Comisión Nacional de la Competencia ante cualquier intento de llegar a acuerdos entre los colegios y las administraciones públicas como por ejemplo ayuntamientos.
En la reunión se ha comentado la carta que han enviado los ingenieros industriales a la canciller alemana, Ángela Merkel, con motivo de sus manifestaciones relativas al interés de captar a ingenieros españoles, para que vayan a desarrollarse profesionalmente a Alemania, indicándole que si no se da prisa entre la adaptación española al proceso de Bolonia, la Ley Omnibus y la Ley de Servicios Profesionales, lo que podrá encontrar en España es una ingeniería mediocre y de segunda división, a diferencia de la que se viene apreciando en Alemania y en el resto del mundo hasta ahora.
Para Jerónimo Cejudo, decano del Colegio de Ingenieros Agrónomos, nuestra sociedad debe ser consciente de que vive a diario rodeada de una tecnología que ha permitido la mejora de las condiciones de vida, la universalización de servicios, la seguridad alimentaria, la preservación del medio ambiente, etc. Detrás de nuestro modo de vida, de toda esa técnica aplicada, están los Ingenieros, que han servido cabalmente a la sociedad que los ha formado con gran esfuerzo. Pero la situación puede cambiar y deteriorarse sin que haya unas razones objetivas y contrastadas para el cambio que se plantea. Por ello apela al interés y a la sensatez de nuestra Sociedad, de la Sociedad Civil de la que formamos parte, para que se informe y con conocimiento de causa participe en el diseño de su propio futuro.
Para el decano del Colegio de Telecomunicación de Andalucía Occidental y Ceuta, Manuel Jesús de Tellechea, el ejercicio de la profesión de ingeniero está amenazada por normativas que introducen incertidumbre y confusión. Tanto la Ley Ómnibus como la futura ley de servicios profesionales que el gobierno está preparando tendrán efectos muy negativos para la profesión y los principales perjudicados serán los ciudadanos, que se verán desprotegidos ante la falta de control sobre los trabajos y los profesionales que los realizan. Por ello, es fundamental que los Colegios Profesionales de Ingenieros colaboren estrechamente para buscar soluciones conjuntas para el colectivo.
A juicio de Felipe Lobo, decano de Minas, "es imprescindible la actuación unificada de los Colegios Profesionales en defensa de las competencias y derechos que las leyes vigentes han otorgado hasta la fecha a sus colegiados, así como en la de su función de garantes de la seguridad ciudadana, al evitar el intrusismo y la bajada de calidad de los servicios prestados. Creo que la Ley de Servicios Profesionales puede ser la puntilla de una faena, hablando en términos taurinos, que comenzó con la Ley Omnibus.
Ofrecen una mesa de diálogo
Los colegios profesionales de ingenieros andaluces a los que se suma el de químicos, solicitan al gobierno que reflexione sobre lo que está haciendo y ofrecen mesa y contenido para negociar un escenario de futuro, a la vez que advierten a los ciudadanos del riesgo que conllevan estas medidas para la seguridad de los usuarios. También plantean a los estudiantes de ingeniería, que más allá del esfuerzo personal y familiar que están llevando a cabo para acceder a unas carreras, hasta ahora de prestigio mundial reconocido, se pueden ver abocados a unas profesiones devaluadas.