El secretario general de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Sevilla (AJE), Álvaro Valenzuela, ha asegurado hoy que la crisis está afectando especialmente al sector empresarial, por lo que reclama que se facilite el crédito a las empresas que están atravesando dificultades, pero que tienen un proyecto interesante. Admite que aunque las entidades bancarias no te niegan el crédito directamente, ponen como condición tal cantidad de requisitos que son imposibles de asumir por los autónomos, pymes y micropymes.
Valenzuela ha realizado estas declaraciones durante el transcurso del seminario Crea tu plan de negocio, que organiza el Centro Olavide en Carmona y del que es coordinador. Asimismo, ha afirmado que a nivel de ayudas, no es partidario de las subvenciones porque al final no ayudan al crecimiento real de la economía del país. Si te dan un dinero, hay que devolverlo y hacerlo rentable. Las subvenciones lo que hacen es acomodar a las personas.
Asimismo, sostiene que la realidad de que haya tantos trabajadores en el paro obedece al hecho de que las empresas no son capaces de absorber la mano de obra que está disponible, estando obligadas muchas de ellas a reducir su plantilla, lo que provoca que haya menos volumen de trabajo. Consecuencia de ello es que la empresa se debilita. No existen ayudas a empresas, a pesar de que se publiquen desde diferentes organismos, porque el pequeño empresario, autónomos y pymes, no es capaz de conseguirlas. Los empresarios estamos bastante solos y no existen suficientes apoyos por parte de la Administración autonómica o estatal para nuestro sector.
Las diferencias entre trabajadores por cuenta ajena y empresarios y autónomos son notables: Si un trabajador por cuenta ajena deja de trabajar, empieza a recibir unas ayudas. Una empresa, nada más que montarse, empieza a pagar. Para iniciar la actividad empresarial, necesitas un capital inicial que tiene que ser los ahorros del propio empresario, que es el que se juega su dinero y sus bienes patrimoniales, su casa, su vida Si sale bien, sigue pagando cada vez más. De lo contrario, mala suerte. Estos hechos no se valoran lo suficientemente por parte de la sociedad.
Por todos estos motivos, cada vez que se pregunta en un foro universitario si alguien quiere ser empresario, prácticamente nadie quiere serlo. ¿Quién quiere arriesgarlo todo, sin ningún tipo de seguridad?. Por eso, a su entender las aspiraciones de la mayoría de la gente es ser funcionario o trabajar en una gran empresa, porque sabes lo que vas a cobrar y en función de eso organizas tu vida. Y si me echan, tengo mi indemnización, mi desempleo Es decir, una vida mucho más relajada. Sin embargo, la vida del empresario es bastante caótica, porque sabes cuánto tienes hoy, no mañana es una situación de estrés continuo, admite.
Por último, reclama que en todas las carreras universitarias se incluya una asignatura orientada hacia el emprendimiento y la creación de empleo, con el objetivo de fomentar entre los estudiantes el conocimiento de la cultura emprendedora y contrarrestar el temor al fracaso, a su entender, algo muy acusado en la cultura de nuestro país.