Un dispositivo patentado por el grupo de Tecnología e Historia de la Educación Física y el Deporte de la Universidad Pablo de Olavide, coordinado por el profesor Juan Carlos Fernández Truán, ofrece la posibilidad de aprender con una única herramienta las capacidades motrices (equilibrio, coordinación, dirección del movimiento, etc.) que hasta ahora se aprenden con diferentes materiales didácticos de Educación Física. Esta herramienta está destinada principalmente al desarrollo de la creatividad motriz.
A diferencia de la creatividad en las inteligencias múltiples, que promueven la originalidad exclusivamente a través de la mente, la motriz se define como la capacidad de expresarse de manera eficaz a través del cuerpo, y de proporcionar soluciones y respuestas creativas a determinados estímulos físicos. Según los expertos, ejemplos de esta cualidad serían jugadores de fútbol, como Maradona o Ronaldo, capaces de dar respuestas inesperadas ante situaciones imprevistas. "Ellos inventan, crean respuestas ante un contrario que les plantea un problema, pero tienen un desarrollo motriz lo suficientemente enriquecido, como para poder crear respuestas motrices alternativas", señalan en declaraciones a Andalucía Innova.
Para incentivar esta capacidad, es necesario un proceso de aprendizaje que tiene lugar durante la edad escolar, a través del uso de una serie de materiales didácticos, con los que aprenden a desplazarse, saltar, mantener el equilibrio, realizar suspensiones y balanceos, o manejar objetos móviles. En definitiva, a expresarse con su cuerpo.
Hasta el momento, para desarrollar cada capacidad o habilidad era necesario utilizar un material diferente: un balón, un aro, una raqueta... Ahora, bajo el nombre de CREMO siglas de Creatividad Motriz-, el dispositivo patentado por la UPO permite adquirir todas estas capacidades y habilidades, prescindiendo de otros materiales didácticos empleados tradicionalmente en Educación Física. Su peculiaridad reside en su eficacia de cara al desarrollo de la creatividad motriz, rentabilizando el coste educativo que supone el uso de un sólo instrumento polivalente. Básicamente el problema que se encuentran en los centros docentes es que necesitan muchos tipos de materiales porque los elementos que componen esta creatividad motriz son muy numerosos y variados, apunta Fernández Truan. "Un balón, por ejemplo, te permite lanzar y botar pero no te permite rodar sobre él o deslizarte con él. El CREMO es un recurso que reúne todas estas posibilidades".
El dispositivo nació a partir de una idea de un miembro del grupo de investigación de la Olavide, José Manuel Cenizo Benjumea, y es fruto de las investigaciones realizadas en su tesis doctoral sobre las inteligencias múltiples. CREMO es el primer dispositivo diseñado para incentivar exclusivamente la creatividad motriz y consiste en un cilindro central, con un asa en un extremo que permite al usuario agarrarlo, y el otro extremo está formado por una media esfera, aproximadamente del tamaño de una pelota de tenis, que permite botarlo. El tamaño es de unos 20-25 centímetros, aunque podría fabricarse de mayor tamaño. "Su fácil manejo permite que se pueda lanzar, rodar, deslizar, botar, ser utilizado de manera individual, por parejas o en grupo", destaca el profesor.
Educación física y deporte
Aunque aún no se está comercializando, varias empresas de material didáctico escolar relacionado con la Educación Física ya han contactado con los investigadores de la UPO y se han mostrado interesadas por el dispositivo.
Además de ser un material polivalente, entre las principales ventajas del CREMO destaca su capacidad de adaptarse a los distintos contenidos y objetivos, según van evolucionando los niveles educativos de cada etapa. En este sentido, los expertos destacan la importancia de discernir entre educación física y deporte, dado que éste último se rige por unas reglas establecidas y requiere unos materiales homologados. "Por ejemplo, para competir en baloncesto es necesario que el balón se adapte a las exigencias del reglamento de este deporte; en cambio, si lo que se pretende es que el niño aprenda y desarrolle el bote, hablaríamos de un proceso previo a lo que sería realmente el ámbito deportivo. Es en este proceso dónde se aplicaría el dispositivo", señala Fernández Truan.