La vigesimo séptima entrega de los Premios de la Academia Española de Cine, los Goya, dejaron a Blancanieves como gran triunfadora de la noche, con diez estatuillas, incluidas mejor Película y mejor actriz principal. Pero hubo mucho más que eso en una ceremonia que se alargó más allá de las tres horas.
Pese a que se habló de moderar el tono reivindicativo de la Gala desde la Academia, finalmente, los Goya han sido una crítica abierta al mal gobierno y a la precaria situación del cine español, merced a las políticas relacionadas con el mismo que se toman desde el Gobierno.
Ganó Blancanieves el premio a mejor película, ganaron también Verdú y Sacristán sus premios por excelentes actuaciones, ganó, por primera vez en más de una década el premio al Mejor Director alguien que no ha dirigido la Mejor Película, en este caso, Juan Antonio Bayona.
Pero yendo un poco más allá de unos premios que no sorprendieron demasiado, podría analizarse largo y tendido la sonrisa complacida del Ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, que asistió impertérrito, casi divertido, a como uno tras otro, los galardonados atacaban la impunidad política, la desfachatez con que se ha eliminado el IVA reducido para el cine. Se pidieron subvenciones al mismo Gobierno que les ha recortado, no sin dejar claro que esas ayudas serían para un cine libre. ¿Libre para quién? Esa es una buena pregunta que espero que alguien supiese responder. Todos se pusieron del lado del que vive en una situación precaria, todos miraron hacia el desfavorecido, pero como hace unos días decía Beatriz Telegón, decir toda aquella premisa ya tan conocida y machada en esmoquin o iluminada por joyas que valen el sueldo de una familia con tres niños durante unos meses, resulta frívolo.
Se pidió también más apoyo económico para el cine, por supuesto, pero quizás se olvide que es una industria, un negocio. Que nadie dude que el cine, además de cultura, es negocio, es un vivo retrato del capitalismo. Me aventuro a decir que quizás por eso "Lo imposible" no se llevó el premio a mejor película. Que desfachatez sería otorgarle a una película que se ha vendido tan extraordinariamente bien un premio de una academia que habla de que nuestro cine está tan mal. O quizás por ello Paco León se fue sin el premio a "Mejor Director Nobel", por atreverse a innovar y estrenar al mismo tiempo su película "Carmina o Revienta" en cines y en formato digital.
De un modo u otro, todo un olor de complacencia quedó en el ambiente, pues tras casi 200 minutos, todos se fueron a su casa "satisfechos" por dejar en evidencia al Gobierno, a los políticos corruptos, a los "dichosos sobres", todos habiendo dado su ración de "medicina de palo", pero, al final, todos se fueron a celebrarlo por todo lo alto.
¿Credibilidad en esa crítica social? Que me perdonen los que me consideren escépticos, pero el año que de verdad alguien se pase de la raya y diga verdades y no "eslóganes", empezaré a creer en él, mientras tanto, como supongo que debió pensar Wert: "hablad, hablad, que realmente, el control no está en vuestras manos".