
Entrevista a Javier Urra, primer defensor del menor en España, autor de múltiples obras, entre ellas, su última publicación: Respuestas prácticas para padres agobiados.
¿A qué se refiere Jose Antonio Marina cuando te define como un activista educativo?
Pues a que yo soy una persona que moviliza mucho, he sido el primer defensor del menor, llevo treinta años trabajando en la fiscalía, he hecho un doctorado en psicología, un doctorado en enfermería, puse en marcha un centro de educación especial, puse en marcha con el ministerio un centro para menores violadores y homicidas. He puesto en marcha ahora mismo un equipo de 77 personas para padres e hijos en conflicto. He escrito 34 libros, quiero decir que me lo creo, que estoy en ebullición.
Después de estar muchos años en la justicia, aprende uno que es como poner tiritas cuando te están bombardeando, lo importante es educar.
¿Qué etapa del crecimiento cree usted que es la clave?
Todas, todas, incluso antes de nacer. Porque hay que pensar, hay que querer, no es lo mismo un hijo querido que uno que no lo es, muchas situaciones. Los nueve meses en el seno materno son muy importantes. ¿Por qué un niño nace más llorón, más nervioso? Está en la cultura, en el ambiente de la madre.
Y luego los primeros años, los primeros meses de la vida son vitales. Piaget, padre de la psicología evolutiva, escribió un libro muy bonito, dijo mis hijos están muy bien educados, los educó mi mujer. Él se dedicó a estudiar por qué a un niño le cuesta tanto comprender porque lo que cabe en un vaso alto cabe en una taza muy ancha y baja. Cómo captan los niños cuando se esconde una cosa, cuando está ahí. El crecimiento de un niño es apasionante, cómo consigue la bipedestación, es lo más apasionante del ser humano, cómo crece, cómo se relaciona con otros. Todo en el ser humano es apasionante, ver un señor de 80 años aprendiendo, Jose Luis Sampedro es un ejemplo. Los siete años me parece que es una etapa preciosa, donde el yo coincide con el tú, esa idea del tú del niño de siete años, el lengua, vigotsky, por qué el autista cuando va a coger una cosa coge tu mano. Todo eso está por estudiar no, pero no está resulto.
¿Han cambiado los niños de hace 20 o 30 años a los niños que nacen ahora?
En lo esencial no, lloran por lo mismo, tienen los mismos miedos, tienen la misma lealtad a los 16 años, en lo esencial no, en las nuevas tecnologías sí, en la libertad también, en algunos aspectos, en la menor libertad. Yo jugaba en Madrid en la calle, hoy día no juegan, por los peligros. Se ha ganado en algunas cosas libertad, se ha perdido en otra, los niños ahora son más eclécticos.
¿Eso es una cuestión social o familiar, del entorno en que se han educado?
Va conjunto, la familia se desarrolla, la mente humana también. Un tipo de 95 de C.I. era un tipo normal, ahora es muy justita. Cuando fui a la mili con 1,75 m era alto, y ahora soy un tipo medio. El crecimiento estatural es mayor, el de capacidad es mayor, la cultura ha evolucionado, se hereda más. Creo que va en ese cambio, pero eso no supone que esta generación sea más sabia.
¿Y es más sabia?
No, creo que no, más conflictiva fue la II guerra Mundial o el Muro de Berlín. No, lo que pasa es que ahora haya gente capaz de matar. El ser humano es un animal, posesivo, territorial. Cuando un niño de 8 años dice que te mataría, te mataría, no conviene que tenga nada cerca, pero es un impulso. Luego se arrepentiría toda la vida, somos animales, no somos ángeles.
Fenómenos como la Movida o en la actualidad con las nuevas tecnologías de la información, ¿están motivados por la sociedad o por otros motivos? Que explica motivos como el 15-M.
Yo creo que los jóvenes quieren unirse, quieren tener lugares para encontrarse. Alejan a los adultos para temas propios, cuando surge toda la ruta del Bakalao, va en esa línea. El 15-M inicialmente es la gente que no tiene voz, que no se ve representada, el desencanto. La movilización hasta el foro de la política.
¿Tiene la juventud un sentimiento de clase?
La juventud no, pero en España hemos cometido un error. El chico que dice yo soy menor. El chico que va sin casco se siente impune, quiere decir que tienes una responsabilidad matizada, no te exime. Tú eres un corresponsable de tus actos. El problema que tenemos hoy es que todo el mundo quiere ser joven. Cualquier joven me diría a mí que no soy joven, y no lo soy, aunque me sienta. Ese querer ser joven con ochenta años, ponerse botox, quitarse las arrugas, es no asumir quién se es. Se es anciano, no es una edad ni nada, has vivido, has aprendido, y te despides.
Respecto a programas como Supernnani o como Hermano Mayor, suman o restan a la educación. A mí me preocupa que la sociedad necesite una Supernnani. A mí me llevó a un programa y estaba el padre en un lado de la cama, la madre al otro, y en medio de la cama estaba el hijo. El hijo con nueve años ya, consiguió que se fuese a su habitación. ¿Pero, el problema era el niño o la pareja? Yo lo veo muy conductista, un niño es otra cosa, la complejidad es tremenda. Los abuelos quieren hacer regalo en los Ryees, por ejemplo, aunque los padres digan lo contrario. Es una complejidad importante.
Y en el caso de Pedro Aguado. Él junto con otro compañero lo consiguieron todo en el waterpolo, el compañero se suicida, él acaba en las drogas, sus padres luchan, lo llevan a un centro en Cataluña y consigue salir adelante. Él tiene varias ventajas, es un tipo capaz, con facilidad de palabra y con un tamaño que impone bastante. Él quiso que trabajásemos juntos, pero yo le pregunté si tenía formación. Me respondió que no, y con ello se respondió. Yo no me dejaría operar por un cirujano que tiene Parkinson.
Que trabaje un año me parece bien, pero que se banalice en show tras cuatro años, que haya cámaras en todas las habitaciones, me parece mal. Otra cosa es España, España lleva con Gran Hermano 14 años, cuando suele durar en otros sitios 3. El español es un cotilla. Es una cuestión de hacérselo ver.
La segunda parte de la entrevista, próximamente.
Fotografía de Blanca Sánchez Gutiérrez

