Es probable, según las encuestas, que en las próximas elecciones generales Podemos venza y se alce como primera fuerza política de este país desbancando a PP y PSOE aunque, algunas veces, las encuestas, que son un reflejo de lo que la gente dice, se equivocan, porque la gente miente, tal vez porque siente vergüenza de seguir votando a los de siempre después de hacer lo que hacen y no quiere reconocerlo.
Desde los partidos de la casta como les llama Pablo Iglesias no dejan de llegarnos mensajes del peligro que representa esta nueva formación que nos dice lo que el pueblo quiere oír pero que no nos explica cómo piensa hacerlo realidad. Si ganan, dicen los dos, hasta ahora, grandes partidos, acabarán con el empleo porque muchas empresas se marcharán, acabarán con la democracia y con la libertad.
Yo creo que el hecho de que Podemos venciera en las próximas elecciones generales y llegase a gobernar es tremendamente peligroso, no para los políticos de la casta, sino para el pueblo, para quienes estamos viendo en ellos la única forma de hacer limpieza y regenerar en la medida de lo posible la clase política. Y el peligro es precisamente ese: que no puedan, que se contaminen, que al final sean solamente el mismo perro con distinto collar; porque si eso ocurriese ¿qué nos queda? Podemos es la única y posiblemente la última esperanza de que este país sea un país decente con políticos decentes.
Creo que merece la pena arriesgarse, entre otros motivos porque los partidos políticos que hoy se reparten escaños, consejerías y concejalías ya nos han demostrado lo que son: no es que todos sus representantes sean corruptos, es que quienes no lo son los protegen y siguen formando parte, todos, del mismo equipo. Podemos equivocarnos y quemar nuestra última esperanza, pero ese peligro es el precio a pagar por intentar cambiar de verdad las cosas.
Francisco García Martínez.