
FIFTY SHADES OF GREY. USA, 2015. Dirección: Sam Taylor-Johnson. Guión: Kelly Marcel, sobre la novela de E.L. James. Fotografía: Seamus McGarvey. Música: Danny Elfman. Actores: Dakota Johnson, Jamie Dornan, Max Martini, Eloise Mumford, Luke Grimes, Marcia Gay Harden, Jennifer Ehle, Rita Ora, Andrew Airlie, Victor Rasuk, Callum Keith Rennie, Anthony Konechny, Dylan Neal, Emily Fonda, Jason Cermak.
Joven timorata se topa con yuppie de tendencias sexuales perversas. Él le propone que se convierta en su esclava en un juego de sadomaso, y que firme un contrato con las cláusulas más variopintas. A partir de ahí, toda la película es un tira y afloja entre dos personajes que no merecen el menor interés: ella es sosa como una patata, y él está casi en la categoría de ?yogurín inexpresivo?. Dos horas de película discutiendo: que si me pegas o no me pegas, que por qué me quieres pegar, que por qué eres así de raro, que si firmo o no firmo el contrato, que si me vas a hacer mucha pupa, que tú tranquila que te va a gustar,?
Para rellenar un hilo argumental tan tontorrón, hay numeritos eróticos de diseño: la luz muy cuidada, el encuadre pensado al milímetro, el montaje a veces videoclipero, musiquita de fondo (Danny Elfman, qué bajo has caído),? todo es tan artificioso que te deja frío como un témpano.
También hay ratitos de mucho lujo: el helicóptero, el cochazo, el avioncito, para contarnos que el tal Grey es inmensamente rico (pero no hace falta dedicar tantos minutos para expresar eso).
Sigamos rellenando las dos horas de película: los padres de él y los padres de ella, con secuencias que no aportan nada a la historia (si los padres no aparecieran en la trama no ocurriría absolutamente nada); tampoco es necesario que la amiga y compañera de piso tenga un rollete con el hermano del protagonista (no vale para nada esta relación, si quitamos al hermano todo queda igual). Ninguno de los personajes secundarios está mínimamente definido y ninguno interactúa de forma decisiva con los protagonistas.
Es difícil encontrar una historia tan pésimamente estructurada y desarrollada como esta, plúmbea y soporífera a más no poder, para soltar al menos 50 bostezos.

