La procesión de la virgen de la Paz para su coronación en la ida a la catedral fue diferente, pero hermosa. Todo fue distinto, no era Domingo de Ramos, no había nazareno, no acudían los sevillanos con chaqueta y corbata de estreno, sino con ropa ligerita que aliviaron la extremas temperaturas que azotaba la ciudad a esa hora. La hermandad descartó la presencia del característico escuadrón a caballo que antecede a la cruz de guía, cada Domingo de Ramos, en su lugar lo ocupó los componentes de la agrupación musical Nuestra Señora de la Encarnación de la Hermandad de San Benito, bajo la dirección de Justo Rodríguez Gallardón y Rafael Pérez Tejada , tanto a la ida como en la procesión de vuelta. Tampoco hubo gran novedad tras el palio, donde se volvía a escuchar la Banda de Música de Santa Ana de la localidad sevillana de Dos Hermanas, bajo la dirección de José Ramón Lozano Garrido. Estando el paso comandado por Ernesto Sanguino Gómez que regresa al Porvenir después de haber sido nombrado como capataz general de la Hermandad de la Paz , sustituyendo a Antonio Santiago Muñoz y desde este año también capataz del paso de Palio de la Virgen del Dulce Nombre de Bellavista.
El encantador barrio del Porvenir que quiere con locura a su Virgen y que pierde el sentío por sus titulares de la hermandad que radica entre sus casas, pero los vecinos se volcaron con la procesión extraordinaria adornando las calles.
La Virgen de la Paz reinó sobre Sevilla y triunfó paseándose por unas calles que, si bien al inicio de la tarde las 17´30 horas no estaba muy concurrida, en la vuelta del parque eran autentica bulla en sí misma.
Sevilla entera estuvo con la paz y demostró el especial cariño que todo el mundo, sea de la hermandad que sea, le tiene a esta preciosa dolorosa de tez morena, la primera en despertarnos el corazón cada Semana Santa.
Fotos Antonio Rendón Domínguez