La primera instalación turística de lujo cinco estrellas plus de Cuba, el Gran Hotel Manzana Kempinski La Habana, recibe los toques finales para ser inaugurado este mes, según constató la Agencia Cubana de Noticias (ACN) en un recorrido por la obra.
Edificado con capital 100 por ciento cubano, su ejecución estuvo a cargo de laEmpresa Inmobiliaria Almest y la Asociación Económica Internacional Unión de Construcciones Militares (UCM)–Bouygues, constructora de primer orden en el mundo, en tanto su proyectista fue la Empresa Restaura, de la Oficina del Historiador de la Ciudad.
Orlando Oramas Pérez, director de la Unidad Básica de Inversiones de Almest, precisó en exclusiva a esta agencia de noticias que de las 246 habitaciones del hotel, de seis niveles, 172 son estándar y el 29 por ciento de tipo suite y junior suite.
Ubicado en la zona con mayor valor patrimonial de la capital, en su planta baja se mantendrán las áreas de venta de la cadena de Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD) Caribe y del Grupo Empresarial CIMEX, con 16 locales destinados a productos de marcas reconocidas como Gucci, Mango y Lacoste, reveló el especialista.
El segundo piso tendrá 40 habitaciones, 10 de ellas dobles, y áreas públicas que incluyen un restaurante desayunador y otro de comida especializada, así como también un bar con vistas al Floridita, uno de los siete establecimientos de su tipo más famosos del mundo, explicó Oramas Pérez.
Los niveles tres, cuatro y cinco serán exclusivos para dormitorios, y en el sexto estarán la piscina pública, un bar, una cafetería, cuatro salas de negocios y un restaurante panorámico con capacidad para 104 clientes.
En el último piso del Manzana Kempinski habrá también un gimnasio desde el que se divisa exclusivamente la Habana Vieja, un SPA con servicios de belleza, taquillas con duchas, baños y casilleros, además de salones donde se ofrecerán servicios de masaje y acupuntura.
La terraza, ubicada en ese nivel, dispone de una pasarela perimetral con fuertes barandas alrededor del edificio, para que los visitantes puedan disfrutar de una vista panorámica de una ciudad declarada maravilla del mundo moderno.
Entre los valores añadidos del hotel el entrevistado resaltó que los aparatos sanitarios son ahorradores de agua, la televisión será inteligente, y desde todas las áreas del inmueble se podrá acceder a Internet.
Afirmó que para evitar el consumo innecesario de energía eléctrica, las luminarias serán de tecnología LED, habrá sensores de presencia y un sistema automático que permitirá supervisar y controlar los equipos consumidores.
De acuerdo con Oramas Pérez, por exigencia de los futuros administradores de Kempinski Hotels, la instalación cuenta con una excelente acústica garantizada con cristales dúplex en las ventanas.
Recordó que la antigua Manzana de Gómez, donde hoy se erige el majestuoso hotel, es una edificación con grado patrimonial dos, cuya restauración, iniciada en 2014, contó con la aprobación de la Comisión Nacional de Monumentos y del Plan Maestro de la Oficina del Historiador.
Según el entrevistado, una de las tareas más complejas resultó la demolición de los cuatro triángulos interiores del patio central y la posterior reparación de la estructura, en tanto las fachadas se rehabilitaron con productos duraderos y el techo del sótano fue demolido casi en 70 por ciento.
El directivo subrayó que una parte del mármol utilizado, los cuadros y textiles, así como también el 80 por ciento de los muebles los elaboró la industria nacional, y por su calidad prevén continuar el trabajo conjunto.
Manuel Rodríguez Cárdenas, director adjunto del proyecto, esclareció que la mayor parte de la fuerza de trabajo empleada pertenece a la UCM y a otras empresas subcontratadas para tareas más específicas.
En aras de acelerar el proceso inversionista con trabajadores especializados en acabado, agregó que también participaron cerca de 360 indios, quienes han mostrado organización, persistencia y profesionalidad, y ayudan en la formación del personal cubano.