El acto de ayer fue un viaje en el tiempo. Valentín García, conductor del mismo, nos hizo un viaje a través del tiempo en el que trasladarnos a los difíciles comienzos de una asociación que nació gracias al impulso y esfuerzo de varias familias que, de la nada, construyeron a base de esfuerzo y constancia una entidad que es hoy referente nacional en autismo.
El presentador contó con el diario de Manolo, que fue compartiendo páginas de su historia, y compartiendo con los asistentes la angustia de los primeros años, la desesperación de sus padres, la apertura de servicios que iban haciéndole sentir mejor y la ilusión por un futuro esperanzador.
Por el escenario pasaron madres y padres de personas con autismo, antiguos profesionales de la entidad y actuales, colaboradores y Eduardo Álvarez, que habló del talento de las personas con autismo en primera persona.
Nueve fueron los premiados de la noche, Autismo Burgos recibió el Premio Entidad Inspiradora; David Saldaña (profesor titular de Psicología en la Universidad de Sevilla) recibió el Premio Investigación e Innovación; el Premio Deporte Inclusivo recayó en Padel Integra; José Manuel Soto recibió el Premio de Sensibilización Social por su apoyo en la Gala; el Premio Experiencia Educativa recayó en el Colegio Arboleda; el Premio Empresa Colaboradora fue para Grupo Insur; Wellness Telecom recibió el Premio a la Inclusión Laboral; la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales recibió el Premio a la Experiencia en Inclusión y el Premio Accesibilidad Cognitiva fue para Grupo Gedes.
En una noche tan especial, no pudo faltar el homenaje a Ángel Díez Cuervo, neurólogo experto en autismo que estuvo presente en el evento y el recuerdo a Ángel Rivière, principal apoyo en los primeros pasos de la entidad.
El acto terminó pensando el futuro, en los sueños que aún quedan por alcanzar y los retos que tienen que superar todavía las personas con autismo. Paco Pérez Valencia, intervino poniendo el broche de oro a una noche muy emotiva que quedará en el recuerdo de todas las personas que forman la gran familia de Autismo Sevilla.
Como señaló el propio Valentín “la historia de Autismo Sevilla tiene de todo menos una cosa: no tiene final”.