Ginés Marín abrió la Puerta Grande tras desorejar a su segundo toro en el día de su confirmación. El sexto de Alcurrucén de nombre Barberillo coprotagonizó la primera Puerta Grande de San Isidro 2017. El Juli, padrino de dos confirmaciones de alternativa paseó una oreja; y Álvaro Lorenzo, el otro confirmante, saludó dos ovaciones.
Ginés Marín vio rápido al sexto de Alcurrucén. Pronto y en la mano comenzó la faena al natural. El toro tuvo fijeza, transmisión y entrega por ambos pitones y se desplazó con alegría y bravura. La embestida excelente fue acompañada por los muletazos con profundidad y ligados de Ginés, adornados con molinetes y trincherillas. Tanto con la derecha como con la izquierda la faena tuvo eco en los tendidos hasta llegar a poner al público en pie. En esas se fue a por la espada y con el toro ya cerrado en el tercio y comenzando a rajarse firmó la última tanda a pies juntos. El estoconazo certero puso en sus manos las dos orejas y abrió la Puerta Grande. Era el día de su confirmación, y con el primer toro saludó una ovación. Se le frenó en el capote de salida y le costó repetir y desplazarse en la muleta pero el confirmante lo llevó pulseado al natural, con muletazos suaves y largos, respondiendo al temple que sí tuvo la embestida del toro. Cerró con bernadinas. Se le quedó atrás el brazo en tres intentos de entrar a matar y finalizó con el descabello.
Había cortado una oreja El Juli, padrino de confirmación, al segundo de la tarde. Un saludo genuflexo con el capote y un quite por chicuelinas fueron los detalles previos a una faena de mucha variedad. El toro esperó en banderillas. El madrileño inició faena intercalando pases por alto con trincheras. Tardo, el toro se quedó corto y fue acumulando defectos mientras que El Juli se imponía. El final de faena volvió a aglutinar diferentes pases: un circular con cambio de mano eterno, un pase por alto a dos manos y el pase del desdén. La estocada quedó desprendida y paseó la primera oreja de la tarde. Estuvo a punto de salir a hombros, porque también tuvo una actuación notable frente al cuarto. Le sacó pases sin moverse del sitio a un toro muy agarrado al piso y que no se desplazó. La última serie con muletazos desmayados y un desplante al público con el toro parado en el embroque provocó que el público se pusiera en pie. Pinchó y mató de media estocada trasera perdiendo un posible premio.
Comenzó la tarde con la confirmación de Álvaro Lorenzo. El primero de la tarde le pegó un brinco en medio del lance y le arrancó el capote. Luego midió mucho, pensándoselo. Pegaba cabezazos en la muleta y, metido entre los pitones, el confirmante lo intentó todo. Mató de estocada caída de efecto rápido. El quinto tardeó pero logró series estimables. También hubo un arrimón final, insistiendo hasta la saciedad. El tercero fue prendido al intentar apuntillar, sin consecuencias.
Asistencia: 23.007 espectadores