Ayer, 28 de noviembre, el faro más alto, más bonito y artístico de España cumplía 150 años. El Ayuntamiento de Chipiona ha rotulado una calle con el nombre del ingeniero que lo hizo realidad: Jaime Font. Estamos tan poco acostumbrados a que nuestros políticos hagan algo bien que cuando lo hacen llama la atención. El faro de Chipiona es una obra de arte desde el primer día y este Ayuntamiento ha tardado 150 años en reconocer la labor de D. Jaime Font. Siendo positivos pensaremos que más vale tarde que nunca.
Pero ayer no era el aniversario de Jaime Font, lo que se celebraba, lo que debía haberse celebrado, era el aniversario del faro. El Ayuntamiento le rindió ese relativo homenaje rotulando una calle con el nombre del ingeniero, la asociación Caepionis lo hizo con una exposición y la de Amigos de los Faros de Andalucía contactando con Andalucía Directo para que trataran el tema. ¿Y que hizo la Autoridad Portuaria de Sevilla, responsable del faro? Nada, absolutamente nada. Por no hacer ni facilitó que esta asociación colgase una exposición fotográfica en el patio del faro sobre unas alcayatas que ya están puestas en las paredes.
150 años son muchos años y el faro de Chipiona es mucho faro para que esta autoridad portuaria lo menosprecie de esta manera. No es cuestión de economía, para poner nuestra exposición solamente tenían que autorizarlo, cero euros de gastos para la autoridad portuaria, es cuestión de voluntad y de valorar la Cultura y la historia.
Más sangrante es aún el caso de la Farola de Málaga. ¿En qué lugar medianamente civilizado de este mundo se desmantela como faro uno con doscientos años para construir un hotel de lujo entre él y el mar? ¿En qué lugar mínimamente civilizado de este planeta se celebra una exposición sobre un faro que cumple 200 años y las piezas que se exponen las aportan 2 particulares porque la Autoridad Portuaria correspondiente no pone ni su anagrama en la celebración? Es el mismo sitio: Málaga.
Agua y aceite, políticos y Cultura… ¿quién puede unirlos?
Francisco García Martínez.
Presidente de la Asociación de Amigos de los Faros de Andalucía.
La foto es de Leonor Montañés