Miles de niños y padres, se echaron a la calle de la ciudad hispalense, para entregar sus cartas al emisario Real, el Heraldo de los Reyes Magos en su cabalgata por la calles de Sevilla.
Decía un padre, en esta ciudad somos muy de Mechar, Gaspar y Baltasar, que aquí lo del Papa Noel y Santa Claus, aunque viene antes de la fechas, los magos de Orientes, le siguen ganando, por mucho que traten de imponerlo, marcas y comercios.
En la ciudad de la Giralda siempre se defiende la figura tradicional de los Magos de Oriente, frente a Papa Noel o Santa Claus y desbancar a un Papa Noel, que viene a ser lo que llamamos un gorrilla, el gorrilla de la navidad y es que nadie puede negar la ilusión, con que los niños ponen sus zapatos en balcones y terrazas, para dar pista para que sus majestades de Orientes dejen allí sus regalos.
Tras atravesar el arco de la ciudad hispalense y subido a caballo, el Heraldo Real, y sus sequitos se adentró por el casco Histórico de Sevilla, acompañado por 200 beduinos, y acompañando la comitiva que ponían sus ojos los cientos de sevillanos que se congregaban en la zona y bailaban a los sones de la Banda de la Agrupación Virgen de los Reyes vestida con el uniforme de la Guardia Civil de gala del antiguo escuadrón de la Caballería, incorporando a su repertorio de pasacalles navideños temas como “Sevilla tiene un color especial”, el “Viva España” de Manolo Escobar o la coreada “Mi gran noche”, de Raphael. Después llegan los beduinos lanzando caramelos y otros presentes que más de un despistado recibe directamente en la frente. Van recogiendo las cartas de los niños en un carrito palanquín. Las familias se abren paso a codazo, cogido de la mano van padre, hijos y nietos, generaciones encadenada en busca de un resquicio libre, que esperaban a lo largo del recorrido desde primera hora de la tarde.
Al Heraldo ya se ve, su plumaje, en lo alto de su caballo junto a su sequito también a caballos lo delata. Dorado y verde para quien viene anunciando a sus Majestades de Oriente y la Banda de Nuestra Señora de la Victoria de Arahal que cerraba el cortejo, con esplenda música bailona de navidad.
Una vez en el estrado habilitado junto al arquillo del Ayuntamiento hispalense, mirando hacia la Avenida de la Constitución, el Heraldo saludó a los niños que les correspondían a gritos y les anunció la llegada de los Reyes a «la ciudad de los sueños».
Luego el alcalde de Sevilla Juan Espada Ceja, le entregó la llave y el mensajero real después de leer la consigna de los Reyes Magos de Oriéntela mostró en alto de uno a otro lado ante los vítores y aplausos de los congregados.
El primer edil del Ayuntamiento de Sevilla, dio la bienvenida al cortejo y recordó al Heraldo que no olviden a los niños que no pueden ir a ver a los Reyes por las calles de Sevilla y a los que están en los hospitales que también quieren participar en estos de más de cien años de la cabalgata del Ateneo sevillano. Terminada la entrega de llaves el cortejo regresó hacia la calle Orfila en una marcha que se celebró sin incidencia.
Foto Antonio Rendón Domínguez.