Fue la primera vez que que se le otorgó una distinción de esas características en la tierra a la que llegó por accidente, nunca mejor dicho, y que acabó haciendo suya. Tras conocer la noticia de su fallecimiento, rememoramos aquel año 2002 en que los recordados Premio Populares de Radio Chipiona le dieron a Sor María Luisa Pérez Montañes el reconocimiento más humano de todos, el que se denominaba Personaje Entrañable.
Y no era para menos. Como recuerda el cronista de la Villa, Juan Luis Naval, la querida Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl, sin perder su carácter y su acento de esas tierras frías del centro de la península, fue haciéndose chipionera por la vía de los hechos, y por la de su propia salud, ya que en esta tierra encontró el clima, el mar y el sol que necesitaba.
Desde el año 1973, durante casi cuarenta años, la entrega y la perseverancia de Sor María Luisa hicieron que en Chipiona existiera la asistencia social. Algo que hoy vemos tan normal, en aquellos primeros años no existía y ella encontró una vía para realizarse como religiosa y como persona atendiendo las necesidades de familias sin recursos, ancianos, enfermos o esos habitantes de zonas rurales que sumaban a su situación de pobreza los problemas derivados de las dificultades de las comunicaciones en esa época. No importaba si lo que sus conciudadanos requerían alimentos, medicinas, cualquier útil sanitario o realizar alguna gestión ante organismos o administraciones, allí estuvo siempre siempre 'Sor Tornillos', como popularmente se la conocía por las secuelas del gravísimo accidente de tráfico que la trajo a la localidad a reponerse.
Naval Molero también nos recuerda en una magnífica reseña vital que publicó ayer cómo en 2010 el pleno del Ayuntamiento de Chipiona puso el nombre de Sor María Luisa al nuevo centro de salud que se construyó en la calle Naranjo.