La Orden de Santiago, nacida en 1170 por orden del rey Fernando II de León, ha celebrado en Sevilla, bajo la organización de su Comendadora en Andalucía, Ana de La Peña Fernandez-Garmelo, la investidura de diez nuevos miembros, así como la entrega de la Medalla de Oro de la Institución al alcalde de la ciudad, Antonio Muñoz.
Además, tras la misa en la capilla de la Virgen de los Reyes de la Catedral, la Orden ha sido recibida en audiencia en el Palacio Arzobispal por Monseñor José Ángel Saiz Menese, en un acto en el que se le ha impuesto el Escapulario del Camino de Santiago. Tal y como escribe el arzobispo en su cuenta de Twitter: «Su misión es promover los valores universales del camino (espiritualidad, sacrificio, solidaridad, hospitalidad) y la dimensión peregrinante de la vida. ¡Ultreia et suseia!»
La Orden de Santiago nace en 1170 por orden del rey Fernando II de León para la defensa de Cáceres frente a los almohades y su misión era la defensa de la frontera musulmana- leonesa. Mantuvieron, además, las hospederías-hospitales para peregrinos donde destacan el de San Marcos de León y el de los Reyes Católicos en Santiago, donde aún hoy en día los diez primeros peregrinos en llegar tendrán alimento gratis. Su Regla monástica, inspirada en la de San Agustín, provenía del desaparecido Monasterio de Santa María del Loio- Portomarín. Al frente de la Orden estaba el Mestre, asistido de un consejo de 13 comendadores.
Después de distintos avatares fue suprimida por la primera República en 1873 y aunque en la Restauración fue nuevamente restablecida, quedó reducida a un instituto nobiliario de carácter honorífico regido por un Consejo Superior dependiente del Ministerio de la Guerra, que quedó a su vez extinguido tras la proclamación de la II República en 1931. La Orden de Santiago fue instaurada como una asociación civil en el reinado de Juan Carlos I con el carácter de organización nobiliaria honorífica y religiosa y como tal permanece en el siglo XXI. En la actualidad subsisten dos conventos en Madrid y Toledo y en la persona de algunos caballeros.
El Camino de Santiago se conoce como tal a partir de mediados del siglo XI. Florece durante los siglos XI y XII. Hasta su decadencia en el siglo XIV, las peregrinaciones a Santiago tuvieron una importante incidencia socioeconómica y humanística, además de servir de renovación económica y cultural. Desde el punto de vista artístico, las peregrinaciones crearon una unidad de estilo partiendo de San Martín de Tours-Francia. Los hospitales levantados a lo largo del Camino para ayuda de los peregrinos forman un conjunto de magníficos edificios como los referidos de León y Santiago.
Hoy en día, el Camino se presenta vivo. Unos lo hacen por la religiosidad, por la cultura, deporte o sentimiento íntimo con uno mismo. Sigue uniendo Europa de donde llegan los peregrinos para dar con la cabeza ante el Santo de los «Croques» y hundir los dedos como foco de cultura.
La Orden de los Caballeros del Camino de Santiago, siguiendo estas tradiciones, nace para unir más a los distintos ayuntamientos y pueblos que forman los Caminos de Santiago, fomentando la unión de los distintos pueblos que unen, potenciando su idiosincrasia, recursos enogastroturísticos y patrimonio.
Sus hábitos serán de color marfil y se regirá por las reglas de las órdenes de Caballeros de la Edad Media, adaptados a los tiempos de hoy. Los Caballeros/Damas tendrán como obligación realizar una vez en su vida el Camino, y todos los Años Jacobeos ganar el «Jubileo», participando en los actos organizados por la Orden. Dichos actos se celebrarán en Santiago y Melide todas las semanas anteriores al 25 de julio. En esta localidad pernoctó, por cierto, el 25 de julio de 1520, Carlos I de España y V de Alemania.
Los actos a celebrar potenciarán la gastronomía, la orfebrería, la historia cultural del Camino y aquellos oficios que fueron durante muchos años movimientos socioeconómicos del mismo. El fin primordial de la Orden del Camino de Santiago será unir y fomentar el Camino de Santiago y de todos los pueblos y colectivos que lo forman, y que a lo largo de los siglos sirvieron para configurar lo que hoy es Europa.
El acto fue brillante y emotivo en la investidura con los nuevos caballeros, entre los que estaban el alcalde de Sevilla Antonio Muñoz Martínez, el delegado de Defensa de Andalucía, el Coronel Carlos Echevarría Pérez, el presidente de la Delegación de la Hermandad Monárquica de Sevilla, Juan José Martín López, Francisco Guerrero Diaz que fue director del centro Universitario EUSA, el Cónsul General de Francia en Andalucía Occidental Christopher Sugey, entre otros.