La Basílica del Santo Sepulcro se encuentra en Jerusalén y se construyó hacia el año 380. Cuentan que el emperador Constantino tuvo un sueño en el que vio “una cruz en el cielo” en el año 312. Después de esta visión legalizó la religión cristiana. Miles de turistas y peregrinos venidos de todas partes visitan el Santo Sepulcro que se encuentra en el interior de la Basílica del Santo Sepulcro. Fue financiado por el zar de Rusia Nicolás II y se construyó en el año 1917, que en 1918 fue fusilado junto a su familia (Romanov) por la Revolución Rusia. Este es el sepulcro que visitan los turistas. Detrás, a pocos metros hay una alfombra muy grande que cuelga tapando un hueco y ahí está la tumba de «moneda» que aparece en la foto.
Cuenta la historia que en el momento que muere Jesucristo, José de Arimatea era un hombre rico que acaba de construir un sepulcro familiar. Parece ser que José de Arimatea junto con otros apóstoles bajó a Jesucristo de la cruz y ofreció a María la posibilidad de enterrarlo en este sepulcro. Hay que tener en cuenta que el emperador Constantino mandó a su madre a Jerusalén a buscar la tumba de Jesús en el año 312. La construcción de la basílica, se hizo dejando dentro de la misma este sepulcro que se caracteriza por tener una puerta de “moneda”.