La Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, a través del Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), continúa con su programa formativo a profesionales de diferentes ámbitos para mejorar la asistencia a las mujeres víctimas de violencia de género. Así, esta semana se ha llevado a cabo una nueva jornada de formación con el personal de la prisión de mujeres de Andalucía, situada en Alcalá de Guadaíra (Sevilla). Esta actuación, que se suma a la realizada en octubre del pasado año, ha permitido que cerca de 60 profesionales que trabajan en este centro hayan recibido formación en violencia machista.
Esta iniciativa tiene como objetivo dotar de conocimientos al personal sobre las características diferenciales de la violencia de género: origen, mecanismos y consecuencias; además de ofrecer una formación empática que permita comprender los comportamientos, actitudes y sentimientos que suelen presentar las mujeres que sufren violencia de género, así como plantear pautas de actuación para las y los profesionales que trabajan con mujeres que han sufrido violencia de género. No en vano, un estudio del Instituto de la Mujer e Instituciones Penitenciarias apunta que el 88,41% de las mujeres que ingresan en prisión ha sufrido violencia machista. Y es que existe una relación directa entre el maltrato, las secuelas psicológicas y la historia delictiva. El trastorno de estrés postraumático que sufren las mujeres maltratadas conlleva depresiones, drogodependencias, autolesiones, agresividad y sobremedicación.
De esta forma, con esta acción formativa, celebrada el pasado lunes de forma presencial, se ha ofrecido a las personas asistentes herramientas para detectar las consecuencias de la violencia de género, saber acoger a la mujer que ha sufrido violencia y saber acompañar para favorecer que, en el momento en el que sea posible, acuda a los servicios especializados en violencia de género.
La directora del Instituto Andaluz de la Mujer, Olga Carrión, ha subrayado “la importancia de formar en violencia de género a todas aquellas personas que están involucradas profesionalmente con las víctimas de violencia de género para poder ofrecer a esas mujeres la mejor asistencia posible”. En este sentido, también ha señalado que es fundamental que profesionales de diferentes ámbitos “conozcan los recursos especializados con los que cuenta la administración para así poder informar a las víctimas”.
Carrión ha recordado que, desde la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, en colaboración con otros departamentos del Gobierno andaluz, se está formando a profesionales de la abogacía del turno de oficio en las ocho provincias, a la red pública de adicciones de Andalucía de la Consejería de Salud y Consumo, a los tutores y tutoras que atienden a mujeres víctimas de violencia de género en las oficinas del Servicio Andaluz de Empleo, así como al personal de los centros provinciales y municipales de la mujer, profesorado y miembros de las fuerzas de seguridad, entre otros.
Programas de atención psicológica en prisión
Asimismo, la directora del IAM ha señalado la estrecha colaboración con la dirección de la prisión de mujeres de Alcalá de Guadaíra que ha permitido poner en marcha por primera vez un programa de atención psicológica dirigido a las víctimas de violencia de género de la cárcel, así como un taller de acompañamiento emocional a las madres víctimas de violencia machista que se encuentran en este centro penitenciario, “capacitando a estas mujeres para que se constituyan en figuras de apego seguro, apoyo y protección ante la exposición a la violencia que han sufrido sus hijas e hijos, ofreciendo un espacio en el que se favorezca el acompañamiento emocional a niñas, niños y adolescentes víctimas de violencia de género y se mejore su bienestar físico, psicológico y social”. Ambos programas han contado con la participación de 40 reclusas.
Las mujeres representan un 7,52% de la población reclusa. De las 69 prisiones que hay en España, solo cuatro son de mujeres: Alcalá de Guadaira (Sevilla), Brieva (Ávila), Alcalá Meco (Madrid) y Wad-Ras (Barcelona). El resto son módulos de mujeres en prisiones de hombres: 41.