La desaparición del padre de los matadores José Antonio y Tomás Campuzano se une a la del célebre Manoliqui, dueño y alma de la Venta El Tentadero de Carmona
El veterano aficionado José Rodríguez Campuzano, padre de una extensa saga de toreros de oro y plata, ha fallecido este fin de semana en Gerena a la edad de 91 años. Procedía de Écija y era padre de los matadores de toros José Antonio y Tomás Campuzano, que hicieron célebre el segundo apellido de su progenitor en las principales ferias del circuito taurino entre las décadas de los 70 y los 90 del pasado siglo XX. También llegó a tomar la alternativa su hijo Manuel, hoy dedicado a labores de empresariado y apoderamiento taurino, y ejerció como novillero Francisco Javier. Otro de sus vástagos, Enrique, fue un picador destacado en las últimas décadas del siglo pasado.
El patriarca de esta saga de toreros era un hombre amigo de sus amigos, muy conocido en el mundillo taurino y el entorno de Gerena donde el clan echó raíces. Rodríguez Campuzano ganó justa fama por esos pantagruélicos cocidos con los que reunía a su gente. Deja un recuerdo de bonhomía y bondad. La misa funeral se celebrará en la tarde de este domingo, 7 de enero, a las 18.00 horas en la parroquia de la Purísima Concepción de Gerena según ha anunciado su hijo Tomás a través de las redes sociales.
También ha habido que lamentar en estos últimos días el fallecimiento del aficionado Manuel Martínez, el célebre Manoliqui, dueño de la Venta del Tentadero de Carmona que convirtió en un vivero de futuros lidiadores. Llegó a hacer pinitos como empresario taurino y hasta apoderó a la novillera trianera Vanessa Montoya en sus inicios profesionales. Manoliqui fue un auténtico romántico de la fiesta y un benefactor de los aspirantes a toreros a los que protegió y permitió dar sus primeros capotazos en la coqueta venta que regentaba junto a la entrada de Carmona.