
Sevilla tiene la única asociación de médicos cofrades del país
Hay facultativos que han sido o son hermanos mayores y ocho son coautores de un libro sobre la fiesta litúrgica
Jorge Domínguez-Rodiño, Fernando de la Portilla, José Luis Pereira o Juan Manuel Contreras. Son médicos y cofrades que estos días cambian la bata blanca por la túnica de nazareno en un testimonio vivo de cómo la fe, la profesión y la tradición pueden entrelazarse de manera armoniosa.
Son sólo una pequeña muestra. Unos 120 facultativos, de diversas hermandades y de todos los hospitales, Atención Primaria y el ámbito privado, conforman en la actualidad en Sevilla la única asociación de médicos cofrades del país, Asemeco, que emergió en 2017 durante una guardia en el Hospital Virgen del Rocío, cuando varios facultativos decidieron formar una tertulia para compartir sus experiencias y aficiones. Lo que comenzó como una reunión informal pronto se convirtió en una asociación oficialmente registrada en la Consejería de Interior, gracias al apoyo del Colegio de Médicos de Sevilla.
El médico del servicio de Endocrinología y Nutrición del Virgen del Rocío, José Luis Pereira Cunill, fue el artífice y es su presidente. “Somos cristianos y nos gustan las cofradías y así surgió la idea de crear un grupo WhatsApp que no ha parado de crecer, con el objetivo de promocionar el conocimiento de las Hermandades y Cofradías de Sevilla, y su provincia, desde el ámbito cristiano, cofrade y médico”, afirma.
Hermano del Silencio y la Hermandad de la Amargura, el endocrino vive la Semana Santa “volcado” en lo que significa “la fiesta mayor de la vida, muerte y resurrección de Jesús”. “Es un gran acto de fe”, sentencia.
“Todos somos médicos y la condición para ser miembro es pertenecer a alguna cofradía de la provincia de Sevilla”, añade Juan Manuel Contreras Ayala, cirujano cardíaco ya jubilado, vocal de la asociación y hermano mayor de Los Estudiantes entre 1991 y 1995.
“Cristiano, médico y cofrade”, por ese orden, la vinculación de Contreras con las cofradías le viene de herencia familiar. “Nada más nacer me hicieron hermano de Los Estudiantes, del Gran Poder y de la Candelaria. El Gran Poder era la cofradía de mi padre; Los Estudiantes, la de mi madre, donde era camarera de la Virgen; y La Candelaria, porque vivíamos al lado de la iglesia”, explica.
Hoy, esa tradición la han heredado sus hijos y nietos para los que la Semana Santa sigue un momento especial no sólo desde el punto de vista religioso, sino también familiar. Tal y como explica el doctor Contreras Ayala, el Martes Santo se convierte cada año en su casa en un día de convivencia donde sus tres hijos y sus nueve nietos quedan para vestirse juntos, asistir a los cultos y preparar la estación de penitencia de su Hermandad de Los Estudiantes.
También detrás del Cristo de la Buena Muerte está el cirujano ortopédico Jorge Domínguez-Rodiño, quien lleva la túnica de su padre, que cumple 90 años este 2025. “Empezó a salir en 1935 y sigue saliendo su túnica conmigo”, cuenta emocionado, quien lleva 52 años saliendo con la hermandad de Los Estudiantes. “Imagínese lo especial que es para mí ese día”, explica.
La túnica de Los Estudiantes tiene un significado especial para el doctor, ya que su padre decidió antes de morir que siguiera saliendo con ella. “En Sevilla, la tradición es que la túnica amortaja al cofrade a su muerte, pero mi padre pensó que era mejor que siguiera saliendo la túnica”, explica. Desde entonces, Jorge ha llevado la túnica de su padre todos los Martes Santos y algunas Madrugadas con la Hermandad del Gran Poder.
Para el cirujano colorrectal y catedrático Fernando de la Portilla de Juan, la Semana Santa es una época que se vive intensamente en familia. “Desde la infancia hasta ahora, siempre ha estado presente en mi vida”, afirma. Como médico, considera que ser cofrade es "un baluarte fundamental" y "un plus en su profesión".
De la Portilla pertenece a las hermandades de la Vera Cruz y el Buen Fin desde su juventud, y en 2024 tuvo el honor de recibir la Medalla de Oro de Sevilla, por lo que, asegura, haber sido muy reconocido por las hermandades. “Me ha unido mucho más a la vida de hermandad”, confiesa. Tanto él como su familia están profundamente involucrados en las actividades cofrades.
Inspirado por Antonio Hermosilla, Fernando de la Portilla de Juan ha coordinado el libro Relato médico de la Pasión según Sevilla desde la perspectiva de varios especialistas médicos. “Quería que fuera una especie de sesión clínica sobre lo que le ocurrió a Jesús”, explica. Durante varias sesiones, los médicos cofrades hablaron sobre cada uno de los hitos de la pasión, aportando su visión profesional y así surgió la obra.
La portada del libro, realizada por un médico cofrade, es una obra maestra. Todos los colaboradores del libro son médicos, a excepción de la ilustradora, quien descubrió la historia de Jesús a través de los relatos de los especialistas. “Iba descubriendo a Jesús en cada uno de los hitos”, cuenta Fernando sobre la experiencia de la artista.
Pero la vinculación del mundo cofrade con el sanitario viene de largo. A nivel institucional, la Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla se relaciona desde 1867 de forma especial con la Real Hermandad Sacramental del Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo y María Santísima de Villaviciosa. En ese año se firmó una Concordia entre las dos Corporaciones, por la cual la Academia cedía a la Hermandad la iglesia de San Gregorio Magno, para dar culto a sus Imágenes.
Hasta seis académicos han sido pregoneros de la Semana Santa. Así lo fue en 1962 el profesor Sebastián García Díaz; en 1966 José María García Bravo-Ferrer; en 1971, Antonio Hermosilla Molina; en 1974, Ricardo Mena-Bernal Romero; en 1991, José María Rubio Rubio; y en 2015, Lutgardo García Díaz. Por su parte, han sido hermanos mayores los académicos Luis Vázquez Elena, en el Gran Poder; José Manuel Contreras, en Los Estudiantes; Sebastián García Díaz, en el Valle; Eloy Domínguez-Rodiño, del Santo Entierro; o Antonio Hermosilla Molina, en Santa Cruz.

