La figura de Paquita Rico, en "Andalucía a dos voces"
El programa dará la última hora sobre la supuesta separación de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarín y repasará el caso Marta del Castillo.

Se jubila Joaquín Álvarez Zamorano, responsable de la Sala de Togas de los juzgados durante 12 años
El galardón reconoce su labor en las categorías de prensa y de Internet, respectivamente, según ha anunciado el portavoz del Gobierno andaluz, Elías Bendodo.
Para apoyar con su presencia una campaña encabezada por Juan Carlos Quer, padre de la joven Diana Quer --desaparecida, y posteriormente asesinada, en Galicia en verano de 2016-
Las miradas de todos se están dirigiendo, cada vez más, hacia el Poder Judicial. Las orejas están levantadas. Hay una intuición general de desconfianza, de inseguridad jurídica. Se advierte hasta por el más leguleyo una sensación de que las sentencias de los jueces no cuadran con el sentimiento común de lo justo en más casos de los deseables y, sobre todo, en muchos que son graves y hasta gravísimos. ¿Para qué señalarlos, si están en la mente de todos, como el caso Marta del Castillo? La distancia entre justicia material y justicia real se agranda. Los jueces empiezan a estar, más que nunca, entre ceja y ceja de la democracia, en la tela de juicio de los debates sociales, en el ojo del huracán. Realmente no son un caso aislado de observación popular. Todo lo institucional está ya bajo una lupa, cuando no analizado con microscopio. Que se lo digan si no al ex presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, aquel de los placeres marbellíes con dinero público, que tuvo que dimitir. Que se lo digan al Rey, de quien tenemos una memoria de elefantes. Que se lo digan a su hija y a su yerno. Y a Bárcenas, Griñán o la compañía completa de los ERE, con más gente que una obra del María Guerrero.
Dice que ha sido víctima de una cruel y despiadada persecución. Lo afirma nada menos que quien ha sido estos últimos cuatro años el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial; o sea, el máximo responsable de la judicatura española y cuarta autoridad del Estado. Se llama, como ya saben todos, Carlos Dívar, y no es posible señalar en sus últimas declaraciones para dimitir un mínimo vocablo de disculpa. Si le quedaba algo de sensatez fue manifestar que lamentaba el quebranto que ha padecido el poder judicial con la difusión de su denuncia, la de los veinte fines de semana en Marbella y en hoteles de lujo a costa del dinero público.
Algo se mueve peligrosamente bajo el suelo de la vida. Algo que ya sólo los idiotas son incapaces de presentir. Pero hasta quien ponga más confortable su sillón abatible, corre el riesgo de notar que le muevan las patas cuando menos se lo espere. Por experiencia sé que cuando de madrugada hay un terremoto nos dividimos súbitamente en dos clases: aquellos que despiertan de inmediato buscando velozmente llevar sus pies hasta las zonas más sólidas del edificio; y los que persisten desorientados y aturdidos aún en la cama haciendo una y otra vez, sin reaccionar a levantarse, la misma estúpida pregunta: -¿Qué pasa? Como la escala richter se pase de rosca, la interrogante está servida para quedar bajo los escombros. Podría poner también la espantosa metáfora del volcán, del terror que guarda el magma en la barriga de la tierra como al cráter le dé por vomitarnos la erupción. Las capas de abajo se mueven. Todas. España no es más que un peligroso puñado de arenas movedizas.
Os mostramos el contenido del próximo número de la revista HOY CORAZÓN.
Como uno siempre debe creer que tiene mucho que aprender, ayer pusieron a mi alcance otra lección decisiva: que otros se encargan de las letras mientras yo me encargo de la vida. Otros están para buscarle los tres pies al gato o a la ley su trampa. Lo mío es irme junto a una familia y a una sociedad que están escandalizadas por una sentencia. Como bien dice Javier Casanueva, tío de Marta del Castillo, con esta resolución los magistrados crean para los criminales manuales de cómo matar y salir impunes.
Para explicar lo que ha hecho el Rey antes de dirigir a las cámaras de televisión -que no es lo mismo que a todos los españoles que pretende y nunca consigue- su mensaje de Navidad, me acuerdo de nuestro añorado Paco Gandía, que le hubiera dicho con una de sus geniales comparaciones: Majestad, ha dado usted más vueltas que una palomita en un quinqué.
El decano de los abogados pide recibir bajo secreto pistas sobre el cuerpo
Miro hacia tantos lugares de Sevilla por donde discurren sus días. Pasan con esta luz de octubre que sabe a primavera, que ya le gustaría serlo, pero se queda atrapada como una utopía de marzo con los primeros vaivenes del otoño. A esta luz no le toca ver la floración, sino una caída de hojas que suenan a Bécquer en la cadencia de sus románticas melancolías.
La familia de Marta del Castillo, una vez conocida la sentencia dictada por el Juzgado de Menores y el Auto que desestima su petición para que sea planteada una Cuestión de Inconstitucionalidad, anuncia su intención de interponer recurso de apelación contra la sentencia y reiterar sus peticiones ante la Audiencia Provincial.