En el cementerio San Fernando de Sevilla recibió sepultura el cantaor flamenco Antonio Nuñez Montoya de 75 años conocido como Chocolate . Farruquito,su sobrino nieto acudió a su entierro y fue uno de los jóvenes que llevó sobre sus hombros el féretro.
Rosa Montoya Flores, la esposa de Chocolate era hermana de Farruco, abuelo de Farruquito, quien estuvo acompañado por su madre la Farruca y su novia Rosario Alcantara.La bailaora Matilde Coral acompañada del concejal de cultura del Ayuntamiento de Jerez fue otra de las asistentes al sepelio.
La Farruca declaraba: con él se ha muerto el flamenco y nadie podrá sustituirlo
El bailaor Juan Manuel Fernández Montoya «Farruquito», está pendiente de sentencia por el atropello mortal de un peatón cuando conducía sin carné y sin seguro, fue uno de los familiares del fallecido que se turnó para llevar el féretro a hombros desde su casa, en el sevillano barrio de la Macarena, hasta el tanatorio de San Jerónimo.
La comitiva fúnebre tardó algo más de una hora en recorrer a pie todo ese trayecto al tanatorio, donde se celebró una misa, antes del traslado de los restos mortales hasta el cementerio.
La familia comunicó el expreso deseo del fallecido, que durante los últimos meses de vida sufrió un cáncer, de que su entierro transcurriera en la intimidad de la familia y los compañeros más allegados.
Los tres guitarristas que han tocado con él en los últimos años asistieron a la misa y al entierro, Antonio Carrión, Eduardo Rebollar y Manuel de Palma, entre otros artistas flamencos, como el cantaor José de la Tomasa y la bailaora y coreógrafa Matilde Coral, muy emocionada por conocer al fallecido desde hace décadas y haber sido amiga de juventud de su viuda, Rosa Montoya Flores.
Los guitarristas que han trabajado con él destacaron su lado humano y Carrión dijo que incluso «enseñaba a otros cantaores, con toda su sabiduría», De Palma que «era el más gitano del mundo cantando, y una pieza fundamental del flamenco más puro», y Rebollar que «era el último eslabón que sonaba a la familia de los Pavones».
Matilde Coral aseguró que «ha sido el mejor sin discusión en sonidos negros; sus sonidos han sido universales», y añadió que, además de ser «el mejor de su especie», como persona y como flamenco «era una enciclopedia viva».
«Chocolate» tenía numerosos trofeos, y los premios Grammy, Ondas y El Giraldillo, además de las Medallas de Andalucía y de Sevilla.
SEVILLA PRESS