Poco después de las 18.30 horas de ayer, el Palacio de Dueñas de Sevilla sirvió de escenario para una de las bodas más comentadas del año, la del pequeño de los hijos varones de la Duquesa de Alba, Cayetano Fizt James Stuart, y su novia desde hace cinco años y madre de sus dos hijos, Genoveva Casanova.
Con un nutrido grupo de periodistas y curiosos ante la puerta del palacio, y ante un reducido grupo de amigos y familiares apenas 200 personas- - , los novios se dieron el si quiero en la capilla de la residencia familiar, presidida curiosamente por una imagen de la Virgen de Guadalupe, patrona de México (país natal de la novia). Pocos detalles trascendieron de la ceremonia (se rumoreaba que podrían haber concedido una exclusiva a una prestigiosa revista del corazón), realizada a puerta cerrada para el público y la prensa, aunque si se ha podido saber que los hijos gemelos de la pareja, Luis y Amina, llevaron las arras y su sobrina Cayetana (hija de Eugenia y Fran Rivera) colaboró haciendo de dama de honor, vestida de blanco y rojo como el resto de niños, y llevando la cola del traje de la novia. Los padrinos, como manda la tradición, fueron la madre del novio, la Duquesa de Alba, y el padre de Genoveva, Larry Casanova, que se desplazó hasta la capital hispalense dos días antes del enlace acompañado de su segunda mujer y su hijo pequeño. El todavía cuñado de Cayetano, el diestro Fran Rivera, fue uno de los testigos junto a la hermana de la novia, Denise, pero debido a sus compromisos profesionales fue uno de los primeros en abandonar el palacio de Dueñas, sobre las 21,30 horas.
La novia, como se había comentado desde que se hizo público la fecha del enlace, lucía un modelo de la firma española Pronovias. Aunque en un primer momento se barajó la posibilidad de que Genoveva Casanova hubiera escogido un diseño de Enmanuel Ungaro o Valentino, ambos en la nómina de la empresa catalana, todo apuntaba a que finalmente fue el español Manuel de la Mota, modisto habitual, el autor de su traje de alta costura, con un velo de dos metros y una cola de cuatro metros. Llevaba además una tiara cedida por su ya suegra y que perteneció a la duquesa de Alba que inmortalizó Goya. El novio llevó el atuendo de Maestrante de Caballería que ya mostró cuando actuó de padrino en la boda de su hermana Eugenia con Fran Rivera, compuesto por una casaca roja y pantalones azul marino. Para la ocasión, Cayetano quiso que la chaqueta brillara más que nunca y repasó los bordados de plata pocos días antes de la ceremonia en un conocido taller de la capital hispalense. La madrina del enlace, Cayetana de Alba, recurrió a uno de sus modistos de cabecera, el sevillano Tony Benítez, y lució un traje de aire sevillano en color fucsia y con bordados en dorado, inspirados al parecer en uno de los capotes de paseo del diestro Curro Romero, también presente en la boda junto a su esposa Carmen Tello.
Todo queda en casa
Los novios evitaron en todo momento ser inmortalizados por los numerosos periodistas o incluso curiosos que se agolpaban en la puerta con un panel y unos macetones tapando la entrada a la vivienda. Tras la ceremonia, amenizada por un cuarteto de cuerda y que fue seguida desde la capilla sólo por los familiares más cercanos mientras el resto de invitados esperaban en el patio, los invitados pudieron disfrutar de las buenas temperaturas de la noche sevillana durante un coctel en los patios de Dueñas, servidos por el restaurador Salvador, antiguo cocinero de la Duquesa de Alba y ahora instalado por su cuenta. La cena, con platos elaborados típicos de la cocina andaluza y con toques mexicanos, dio paso a una animada velada en la que los invitados bailaron a los sones de Siempre Así, el grupo de sevillanas que ya amenizó la boda de la Infanta Cristina en Barcelona, y repusieron fuerzas con las típicas tapas andaluzas y pastelitos franceses. La fiesta estaba previsto que se prolongara hasta las 6 de la madrugada del día siguiente. Entre los numerosos invitados que asistieron, destacaban el Ministro de Defensa, José Bono, con su esposa, o amigos de los contrayentes, como los toreros Enrique Ponce con Paloma Cuevas y Miguel Baez Litri con Adriana Herrera, la actriz Lidia Bosch con su marido, el presentador Ramón García y su mujer, la ex del ministro Alvarez Cascos, Gema Ruiz, con un acompañante, María Chavarri con Javier Soto o el futbolista Pedja Mijatovic y su actual pareja. Tambien se pudo ver una numerosa representación de la familia mexicana de Genoveva, encabezada por la madre y la hermana de la novia, que llegaron en un taxi, y el padre y padrino, Larry Casanova, que entró en el palacio dos horas antes en un coche con lunas tintadas desde la finca de su hija en Carmona, donde han pasado los dos últimos días. Nada se supo de Alicia Koplowitz, pareja del Duque de Huescar, o Gonzalo Miró, actual novio de Eugenia Martínez de Irujo, y que según rumoreaban algunos vecinos, podría haber entrado al palacio de Dueñas sobre las siete de la mañana para evitar el acoso de la prensa, estremo este que ha sido dementido.