Los Príncipes de Asturias visitaron la Real Maestranza de Caballería de Sevilla donde don Felipe impuso a su esposa el lazo de Dama de la Real Corporación y posteriormente la pareja inauguró las nuevas salas del Museo Taurino, el más visitado de la ciudad por el turismo.
Don Felipe y Doña Letizia llegaron en torno a la una de la tarde a la sede de la Real Maestranza, donde fueron recibidos por una representación de los maestrantes.
Los Príncipes de Asturias presidían el acto y Don Felipe dio la palabra al fiscal de la Real Maestranza, Santiago León Domecq, quien dio lectura al título III de los estatutos de la corporación en los que se señala que desde su creación, en 1729, el monarca ostenta el cargo de Hermano Mayor. A continuación el secretario, el conde de Casalegre, dio lectura al acta sobre el acuerdo de 2004 por el que, con motivo de la boda de los Príncipes de Asturias, se acordó otorgar a Doña Letizia el Lazo de Dama.
Don Felipe dio la palabra al teniente de Hermano Mayor de la Maestranza. Alfonso Guajardo- Fajardo, quien, tras mostrar la satisfacción de la institución por la presencia de los Príncipes, recordó que era la segunda ocasión que visitaban su sede. La primera fue el 8 de febrero de 2005 cuando Don Felipe y Doña Letizia presidieron la entrega de los Premios Universitarios y Taurinos que, en colaboración con la Universidad, celebran cada año y en la que reconocen el esfuerzo y el trabajo de los alumnos más destacados de las facultades sevillanas y de los protagonistas de la Feria Nacional. Guajardo- Fajardo destacó que S.M. el Rey presidió la entrega de premios del año 2006 y alentó a continuar favoreciendo el trabajo bien hecho y «apoyando a cuantos necesitan de nosotros, especialmente a los más desfavorecidos».
El teniente de Hermano Mayor de la Real Maestranza se dirigió a Doña Letizia para resaltar que aceptó el nombramiento de Dama de la corporación con un amplio conocimiento de las tareas que realiza y de la estrecha relación que ha mantenido siempre con la Familia Real. Recordó el afecto con el que SS.AA.RR. los Condes de Barcelona distinguieron a la Maestranza, con especial recuerdo a Doña María cuya presencia, dijo, «siempre resultaba para nosotros cercana y entrañable. Y nos llenaba de orgullo contemplarla luciendo el Lazo de Dama de esta Corporación».
Recordó que cuando Alfonso XIII aceptó la incorporación de mujeres como Damas de las Maestranzas lo hizo para reconocer «el valor del ejemplo de las conductas tanto de hombres como de mujeres, que se reflejaría necesariamente en una mejora de la sociedad a la que sirven». «Somos conscientes Alteza continuó , de que habéis hecho gala de esa ejemplaridad, combinando la dedicación a vuestras hijas, las Infantas Doña Leonor y Doña Sofía, con el apoyo permanente a Su Alteza Real el Príncipe de Asturias en sus actividades públicas, cada día más importantes». Destacó el interés de la Princesa por niños y jóvenes, y su constante disponibilidad para escuchar y atender a quienes más sufren y más os necesitan. Por eso, dijo, «nadie mejor que la Princesa de Asturias para recibir, de manos de nuestro primer maestrante, vuestro augusto esposo, el Lazo de Dama de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla».
Guajardo- Fajardo invitó al Príncipe de Asturias a imponer el Lazo de Dama a su esposa. Don Felipe procedió a colocar la distinción sobre la solapa izquierda del traje de chaqueta blanco que llevaba Doña Letizia. Tardó unos segundos aprovechados por los fotógrafos para inmortalizar el acto en colocar este lazo de color rojo con rayas blancas y una medalla; cuando lo hizo Doña Letizia se lo agradeció con un beso que él correspondió, en un afectuoso gesto, con otro en la mano
Doña Letizia se mostró agradecida con su esposo «por haber querido venir a Sevilla para imponerme el Lazo de Dama», el teniente de Hermano Mayor por sus amables palabras y con la junta de gobierno y todos los caballeros maestrantes por su bienvenida.
La Princesa de Asturias dijo que ya conocía la Real Maestranza, «que sabía ya de su dedicación a la ayuda social, de su permanente disposición a aliviar las necesidades a través, por ejemplo, de iniciativas como las cocinas de Nuestra Señora del Rosario y de otras muchas acciones solidarias». También, dijo, conoce su «decidida implicación con cuantas actividades culturales se orientan al fomento de la educación y de la investigación, así como a la difusión de la cultura en todos sus campos, siempre con la intención de incluir en esta labor de mecenazgo un claro componente de excelencia».
En esa labor la Princesa de Asturias mencionó los premios universitarios y taurinos, o los de investigación, actividades que, dijo, «ayudan también a conservar lo mejor de nuestras tradiciones, tradiciones de esta ciudad preciosa que es Sevilla».
«Pero por lo que más conozco a la Real Maestranza de Caballería de Sevilla recalcó la Princesa, es por su permanente ejemplo de lealtad y entrega al servicio de España a través del servicio a la Corona». Recordó que esa lealtad ha recibido el reconocimiento expreso de S.A. R. el Conde de Barcelona y de S.M. el Rey así como de la especial atención que S.A.R. la Condesa de Barcelona, Doña María de las Mercedes «que correspondió a su afecto con un cariño sincero que se podía palpar cada vez que asistía, desde el Palco Real, a algún festejo taurino y que ha quedado manifestado, para siempre, en la estatua ecuestre que preside la entrada principal a esta Casa».
La Princesa de Asturias terminó su discurso señalando lo honrada que se sentía por recibir la distinción de Dama de la Maestranza y «orgullosa de pertenecer a esta Real corporación, que es un modelo para todos de entrega y servicio».
Posteriormente los Príncipes, en compañía del Teniente de Hermano Mayor y los Duquesa de Calabria, procedieron inauguración de las nuevas salas del Museo Taurino de la Maestranza y descubrieron una placa para recordarla efeméride
SEVILLA PRESS