Su mirada azul traspasa el umbral de lo ajeno, del exotismo blanco de su piel, para conectarnos con una sonrisa su pasión por la vida en el Sur que tanto ama. En esta sintonía mutua, la pintora alemana afincada en Sanlúcar de Barrameda Uta Geub, nos contagia sin saberlo, el bienestar propio de los que encuentran su lugar en el mundo sin renunciar a ser ellos mismos. Quizá esa sea su mayor conquista La pintura de Uta es agradable, vital y optimista, suave en unas formas llenas de movimiento y con una anarquía total en los colores, punto en que reside toda la fuerza de su obra, a medio camino entre el racionalismo alemán, con la espontaneidad brillante y desordenada de lo andaluz. Un estilo muy personal, fraguado desde que comenzara a pintar, con seis años, y después de recorrer Italia, Suiza, Holanda, Francia, EEUU hasta aterrizar en Andalucía, en una aventurera búsqueda constante de conocimientos y nuevas técnicas. Natural de Freiburg, Alemania, esta mujer de 38 años vive desde hace seis en un "exilio voluntario" y está convencida de que su lugar de nacimiento fue un error, "porque yo me siento totalmente sanluqueña. Me fui porque tenía que encontrar un lugar donde encajara lo que yo estaba haciendo. Me di cuenta de que no tenía que cambiar mi forma de pintar, sino mi forma de vivir. Tardé dos años en instalarme definitivamente, y desde el 2002 vivo en Sanlúcar". Uta Geub realizó sus estudios de Bellas Artes y Diseño en Alemania "pero mi academia continua es la calle. Prefiero trabajar sin intermediarios. Me gusta salir y relacionarme con la gente, tomarles el pulso, saber qué les gusta, qué quieren integrarme". Sacudiéndonos el frío de la mañana a paso ligero, nos dirigimos hacia el Ateneo de Sevilla, donde una exposición de Uta inaugura la sala Gonzalo Bilbao. "El colorido es lo más importante en mi obra y mi mejor herramienta es el juego con colores, sin respetar el color original de un animal o una persona. El secreto está en que todo vale en el arte, mientras sea bello y agradable". No es la primera vez que Uta, cuyos cuadros se han visto en Alemania, Suiza, EEUU, además de Sanlúcar, Jerez de la Frontera o Rota, muestra su obra en Sevilla. Intuimos que tampoco será la última. No en vano, este joven valor de la pintura actual se ha convertido este año en la cartelista oficial de la ciudad, habiéndole confiado el Ayuntamiento, además de la autoría del cartel de los Reyes Magos, el de las Fiestas de Primavera y el del Salón Internacional del Caballo. Uta acumula una larga experiencia en cartelería, habiendo realizado los de eventos tan importantes como la temporada de carreras de caballos 2008/ 2009 del Gran Hipódromo de Andalucía, los de la Feria de la Manzanilla y otras fiestas de Sanlúcar, y el del Carnaval de Chipiona en 2003.
En su castellano perfecto, Uta nos confiesa que "lo que a mí más me impresiona de esta tierra es que sus habitantes son especialistas en provocar instantes agradables, a los que siempre apuntarse, pero sin olvidar el trabajo. Instantes que se nos quedan grabados, un momento de cachondeo, pasarlo bien con los amigos Aquí entendemos mejor que nadie cómo combinar vida y trabajo y trabajar para vivir y pasarlo bien, no al contrario".
Nada mejor que un buen café para ir entrando en calor. El lugar elegido es uno de los rincones preferidos de Uta, la confitería La Campana, en la calle Sierpes, donde nos acodamos en la barra, ese universo paralelo al que Uta dota de palabras con gran sagacidad. "Lo que hace atractiva la barra del bar es la sensación de que ahí no se acaba la comida ni el café, que podemos continuar en otros bares. Además, en la barra es más fácil contemplar a la gente, sus gestos, ves vidas diferentes y eso es toda una fuente de inspiración. Yo creo que aquí, la gente es capaz de conservar un trocito del alma de un niño y de no perder la ilusión, de pensar que mañana es otro día, que la vida en sí es una cosa agradable Aquí es muy común la capacidad de los adultos de reírse de sí mismos. En otros países, el que se ríe de uno mismo, el que usa las frases con doble sentido, el cinismo, las bromas es la excepción".
La calle Sierpes conduce nuestros pasos hacia el número 25. Allí, en lo que fuera el antiguo teatro Imperial, se acomoda respetando su estructura original la librería Beta, única en Sevilla por encontrarse literalmente en un escenario, y por la siempre agradable atención de sus empleados. Uta nos comenta que su gusto por los libros pasa por "la historia novelada. Me gusta que los libros tengan un fondo de historia, ya sea de una familia, de la cultura de un país, etc ". De los libros y tras un espontáneo sketch como vendedora de cupones- nos vamos a un lugar que guarda estrecha relación con la profesión de Uta, la Marquetería Venecia, en Lagar 17. La pintora saluda a su personal que la invita a entrar en el taller donde se interesa por el trabajo que realizan para que los cuadros luzcan de forma adecuada.
"Los andaluces se toman muy en serio el calendario de fiestas y los planes se hacen en función de eso: para después de Reyes, cuando pase la Semana Santa, antes de Feria ". Esta apreciación nos sirve de antesala para la siguiente parada: Pilar Vera y su moda flamenca, en la calle Rivero, 2. "Creo que ya entiendo suficientemente lo que significa la Feria y antes me figuraba que de flamenca iría como disfrazada. Ahora no. Quiero que mi primer traje sea alegre y espontáneo, con aires flamencos como una forma de acercarme a esta cultura, pero nada protocolario". Para una mujer que "nunca" usa falda, parecer ser que la mejor opción es un conjunto de blusa con volantes y pantalón, acompañado de una flor en el pelo, como toque de color Caminando hacia el próximo establecimiento, la zapatería Antonio Ortiz, sita en el número 5 de la calle Velázquez, Uta nos comenta sus preferencias en el vestir "siempre pantalón, y colores poco llamativos. La camisa blanca es mi prenda predilecta. Tengo unas treinta". De faldas nada, y en cuanto al calzado: "tacón o más tacón". La intensidad del sol del mediodía alivia el frío con su tibieza y deja al descubierto la belleza sin trampa ni cartón de esta mujer, que nunca damos fe- usa maquillaje. "Tampoco pendientes, ni anillos, sólo un reloj automático que me lo pongo de vez en cuando para que funcione".Sus proyectos futuros pasan por la capital de España, "me gustaría montar una exposición en Madrid, pero eso deberá ser dentro de un año más o menos, con trabajos nuevos". Por otro lado, las Salinas de Sanlúcar han recurrido a ella para remodelar y unificar su imagen corporativa "dentro del relanzamiento de la sal marina como un producto de Sanlúcar y de Doñana. Es algo que me hace mucha ilusión, realizar las ilustraciones de toda la gama de productos con ideas inspiradas en cómo se cosechaba la sal antiguamente, por ejemplo". Mientras tanto, Uta continúa adelante con su trabajo diario, "tengo encargos pendientes, de personas particulares, retratos, como el del presidente del Ateneo de Sevilla".
Las agujas del reloj y el ronroneo del estómago nos llevan hacia otro enclave predilecto de Uta, La Flor de Toranzo. Uta, que es vegetariana aunque come pescado, no duda en definirse como "muy amiga de los animales, pero también defensora de los toros como parte muy importante de la cultura andaluza y española. Para ser respetuosos con los animales deberíamos entonces dejar de consumir huevos que producen gallinas encerradas durante tres años para eso, o comer carne de vacuno también obtenida por medios salvajes". Haciendo honores a la cultura de la barra, nos "mudamos" al número 7 de la calle Gamazo, Casa Moreno, un acogedor ultramarinos con tasca que rezuma solera y buen ambiente cuya decoración de motivos taurinos nos insta a continuar la conversación. "No debemos condenar algo sólo por que sea llamativo. Y los toros viven una vida estupenda hasta que llega su hora en la plaza". Un debate apasionante que no dudamos en continuar al calor de deliciosas viandas y la mejor compañía.