De entre los distintos galardones que se entregarán en el marco de la Semana Negra de Gijón, Félix J. Palma con El mapa del tiempo opta al Premio Celsius a la mejor obra de ciencia ficción o fantasía mientras que David Torres, con Niños de tiza al Premio Hammet a la mejor novela policiaca del 2008.
Semana Negra de Gijón, que este año tendrá lugar del 10 al 19 de julio, constituye todo un acontecimiento literario y una oportunidad para hablar de buena literatura y desde Algaida nos sentimos orgullosos de que dos de nuestros autores opten a sus premios.
El fallo de las distintas categorías convocadas se dará a conocer en los últimos días de la Semana, probablemente el viernes 17 de julio.
Félix J. Palma El mapa del tiempo
Londres, 1896. Innumerables inventos alteran una y otra vez la faz del siglo haciendo creer al hombre que la ciencia es capaz de conseguir lo imposible. Y sus logros parecen no tener límites, como demuestra la aparición de la empresa de Viajes Temporales Murray, que abre sus puertas dispuesta a hacer realidad el sueño más codiciado de la humanidad: viajar en el tiempo, un anhelo que el escritor H. G. Wells había despertado un año antes con su novela La máquina del tiempo. Barajando personajes ficticios con personajes reales, como Jack el Destripador o el Hombre Elefante, Palma teje una fantasía histórica tan imaginativa como trepidante, una historia llena de amor y aventura que rinde un homenaje a los comienzos de la Ciencia Ficción y transportará al lector al fascinante Londres victoriano en su propio viaje en el tiempo.
David Torres Niños de Tiza
Niños de tiza recupera para la literatura un escenario cercano pero apenas utilizado: el de quienes crecieron en los años finales de la dictadura en los barrios periféricos, entre traficantes de heroína, curas rojos, madres abnegadas y bandas callejeras. Bajo el ropaje de una novela negra y la guía de Roberto Esteban (el inolvidable protagonista de El gran silencio), David Torres pinta por primera vez la Transición en pantalones cortos, un evocador retrato de la nostalgia, el amor y el paraíso perdido de la infancia. Divertida y conmovedora, escrita con una prosa plástica, expresiva y poderosa, supone la consolidación de David Torres como uno de los más firmes valores de la narrativa en castellano