El conjunto de Gregorio Manzano volvió a tropezar en el campeonato liguero, esta vez frente al Getafe pero en el mismo escenario, el Sánchez Pizjuán, el cual acabó pitando a un equipo en crisis que confirma la necesidad de fichajes, sobre todo en la zona del centro del campo, en el mercado de invierno.
La llegada de Gregorio Manzano a la capital hispalense había supuesto una inyección de moral para los sevillistas. Un técnico reconocido en la liga española tomaba el timón de un equipo que había dejado escapar la oportunidad de meterse en la Champions League esta temporada, algo que ha supuesto un duro golpe tanto deportivo como económico. Con Manzano en el banquillo todo parecía haber cambiado, pero el Sevilla ha vuelto a las andadas y solo suma tres victorias en los siete partidos que ha jugado como local. El último equipo que ha tenido una triunfal visita al Sánchez Pizjuán ha sido el Getafe, otro bando que estaba creando varias dudas pero que podrá relajarse hasta la cita europea de esta semana.
El partido comenzó con frío y pocos aficionados en Nervión. Al final algo positivo para los jugadores sevillistas, ya que solo se tuvieron que llevar los pitos de unos 9.000 aficionados. Fuel el Getafe de Míchel el que avisó en el primer minuto, pero Manu del Moral no estuvo fino en la definición cuando ya había sobrepasado a Palop. Esa fue toda la primera parte del Getafe. A partir de la ocasión del conjunto azulón, el Sevilla llevó el mando del partido y creo alguna que otra ocasión, siendo Kanouté el que adelantó a los andaluces tras un fallo de la zaga del Getafe, en concreto de Cata Díaz y Marcano, quienes le regalaron el gol al delantero de Mali. Poco más hay que destacar de una primera parte marcada por la pasividad del Getafe y la poca intensidad de un Sevilla que no quiso sentenciar el partido antes de llegar al descanso para tratar de evitar la catástrofe que se le venía encima en el segundo acto.
Tras el paso por vestuarios, quedó demostrada la situación en la que se encuentra Míchel, quien seguro les pidió a sus jugadores que le echaran una mano para continuar en el banquillo del Getafe. Sus pupilos respondieron a la llamada de socorro, y el equipo azulón salió enchufado, lo que se tradujo en grandes ocasiones. Manu del Moral y Miku fueron los que enseñaron el camino a los suyos, siendo el propio Manu el que abriera el marcador desde los once metros. Una clara mano de Konko dentro del área le daba el merecido empate a los de Míchel. A partir de ahí el Sevilla desapareció, tampoco se había mostrado mucho en la primera parte, y quedó a merced de un Getafe que le dio la vuelta al encuentro gracias a los goles de Miku y Pedro Ríos.
De esta manera, se confirma la crisis que azota el Sánchez Pizjuán, crisis que no deberá ser contagiada a la competición europea, en donde el jueves se enfrenta al PSG en Francia, otro equipo que también tuvo una plácida visita a la capital hispalense por el mes de septiembre. Por su parte, el Míchel encuentra algo de luz en el camino y podrá preparar con mayor ánimo el encuentro crucial frente al Odense danés.