Andrés Marín, en el recuerdo a un pionero de la Educación de Adultos.-
La reciente muerte de Andrés Marín Cabral, nuestro Andrés Marín, nos ha dejado completamente huérfanos a los que tuvimos la suerte de conocerlo y aprender de su magisterio. Pionero de la Educación de Adultos en la provincia de Cádiz a principios de la década de los ochenta, fue un reconocido luchador por los derechos de los más débiles, aquellos que en su momento no tuvieron la más mínima oportunidad de una cultura digna.
El compañero Andrés fue un luchador por una Andalucía culta, más justa y solidaria .Desde el convencimiento que la educación era un vía importante e ineludible para llegar a ella. Desde su puesto de Coordinador Provincial de Educación de Adultos, nos contaminó a todos con su pasión, ilusión y fe en la tarea de poner en marcha un Programa que años después sería premiado por la UNESCO.
Militante de la educación en sentido pleno, consiguió hacer una gran obra desde la nada .Andrés Marín hizo proselitismo de la Educación de Adultos, del Programa, entre los hombres y mujeres a su cargo. Lo hizo desde el convencimiento de la obligación de sacar a Andalucía de su pozo cultural y sin necesidad de imposiciones .No hubo rincón en la provincia de Cádiz que no fuese visitado por él.
Escuchó siempre a maestros y alumnos. A todos les insufló un poco de esperanza. Incluso a muchos maestros que no cobraban por el incumplimiento de los ayuntamientos pero que ejercían ilusionados de la misión encomendada. A todos les ofrecía su consejo y una sonrisa. Si había un problema en algún centro no tenía hora de volver a casa .Su comida consistía muchas veces en una frugal tapa de bar. Lo mismo nos enseñaba la importancia de Freire que las excelencias del mosto de su querida Trebujena que hasta para eso era compañero, y sin embargo amigo. Hoy nos hemos quedado huérfanos de nuestro padre espiritual. El sabía lo que hacía y lo que se hacía. Hoy también nos quedamos con el recuerdo de su eterna sonrisa.
PD.Las fotos en las que aparecen con sus compañeros corresponden a un homenaje que se le dio a Andrés Marín en Trebujena
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