La modelo sevillana Marisa Jara y su marido Chente Escribano atraviesan una grave crisi matrimonial que le ha llevado a pedir el divorcio al año y medio de la boda .De momento la separación es física. Ella se ha marchado a Londres donde suele trabajar con mucha frecuencia y tiene buenos amigos y anuló un compromiso profesional que tenía pendiente en Jerez de la Frontera hace unos días. La pareja viajó a Sevilla, ciudad natal de la modelo hace un mes aunque no apareció junta en público. Marisa Jara hizo su ultima aparicion en publico defilando en Simof donde acudio sola y su marido no fue a verla.a diferencia de otras ocasiones.
Marisa había adelgazado bastante y era su marido quien se había hecho cargo de su carrera pero parece ser que la relación era tan intensa que la joven sevillana se ha sentido algo asfixiada.
A pesar de su belleza, no ha conseguido la estabilidad sentimental, tras una larga relación con el cantante Manu Tenorio, vivió también un intenso noviazgo con el bailaor Joaquín Cortés, y después una breve relación con un sobrino del empresario José María Ruiz Mateos. Finalmente apareció Chente en su vida y aseguró que era el hombre con el que deseaba casarse. La boda fue muy romántica y se celebró en Ibiza, teniendo como damas de honor a muchas de las amigas de la novia como Raquel Revuelta, María José Suárez o Elisabeth Reyes.
La pareja anunció también que Marisa sufrió un aborto y en la actualidad la modelo había retomado su carrera con mucha intensidad.
Marisa ha trabajado mucho en Italia y Londres, su belleza explosiva le ha abierto también las puertas del cine, haciendo algunas incursiones en Italia y en la actualidad tiene proyectos empresariales con su hermana Alicia, que es maquilladora.
Marisa Jara y Vicente Gómez Escribano, más conocido como Chente se casaron el 19 de septiembre de 2009 en la ermita de la Madre de Dios del Carmen, en Es Cubells, Ibiza
La modelo, afincada el Londres, y el empresario mexicano, ya han solicitado el divorcio, tan solo un año y medio después de darse el 'sí quiero'. La decisión, la habría tomado la modelo sevillana, quien afincada en Londres desde hace un tiempo, había visto como la distancia enfriaba su matrimonio.
Marisa puso rumbo a la capital británica para poder estudiar interpretación y trabajar en cine, algo que es su sueño, y fue allí donde encontró el mejor refugio tras su fracaso matrimonial. Aunque se llegó a rumorear que podría haber una reconciliación con su marido, nada más lejos de la realidad.
Marisa ha hablado por primera vez tras su separación. No hay vuelta atrás, nuestra separación ha sido muy meditada, y no una decisión tomada de la noche a la mañana. De repente, nos dimos cuenta de que no nos echábamos de menos, de que lo nuestro era una rutina Chente y yo hemos quedado como dos buenos amigos, que se tienen mucho respeto, se quieren mucho y se llevan muy bien. No tenemos ningún roce. Se enfrió nuestro matrimonio, llegamos a una rutina, y era mejor separarnos. Si yo hubiera tenido más trabajo en España, quizás la cosa habría cambiado ha confesado Marisa.
Centrada totalmente en su trabajo y sin ganas de volver a enamorarse, al menos por el momento, la modelo sevillana afirma: Me casé pensando que era para toda la vida, pero, desgraciadamente, no ha podido ser. A veces, por mucho que intentas salvar lo insalvable, la cosa se acaba.
Contenta por estar en España, pero con un punto de tristeza en su mirada y diez kilos menos debido a una dieta que realizó tras coger algún kilito de más, Marisa señala: Me separé hace poco más de un mes, el proceso de divorcio está en curso. He llorado mucho, es lógico, porque se han roto mis ilusiones. Y sigo llorando de vez en cuando.
Con los papeles del divorcio firmados, Jara tiene un motivo de peso para continuar mirando hacia el futuro, pronto comenzará su andadura en el mundo de la interpretación y eso hace que se le dibuje una gran sonrisa en la cara. El quince de abril comenzaré en Roma la serie Distrito poliziale afirma la sevillana, que ve así cumplidos uno de sus grandes sueños, convertirse en actriz.